Me va a encantar Assassin’s Creed Shadows. Mi destino quedó sellado en cuanto vi a Naoe lanzar su garfio por encima de la rama de un árbol, girar en el aire y aterrizar ágilmente como una elegante pantera negra para asestar la muerte desde las alturas a un enemigo desprevenido.
Me quedé embelesado. La presentación del juego de anoche me demostró que Ubisoft Quebec se ha superado a sí misma, dando pasos para incorporar a su próximo RPG una sensación de movimiento dinámico y fluido y una verticalidad basada en la física de la que carecía hasta ahora la serie de sigilo. Pero eso es todo: Assassin’s Creed da lo mejor de sí cuando recuerda que es una serie de sigilo. Así que, ¿por qué iba a decantarme por el enfoque de Yasuke, como un tanque, con todas sus armas? Menos mal que AC Shadows te permite jugar todo el juego con uno de los protagonistas, porque su estilo de juego ya me ha decepcionado. Lo siento, grandullón, seguro que tienes una gran personalidad.
Yin y yang
(Crédito de la imagen: Ubisoft)Avance sin manos
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Vi cómo se desarrollaba la misma misión en Assassin’s Creed Shadows de dos formas muy distintas y ahora no puedo dejar de pensar en las posibilidades
Aunque me alegro de que AC Shadows suponga el regreso de los protagonistas duales, no puedo dejar de pensar en lo extraño que resulta que uno de ellos posea aún menos potencial de sigilo que el musculoso Eivor masculino de Assassin’s Creed Valhalla.
Mira, lo entiendo: es justo asumir a nivel general que un hombre típico tiene la capacidad de ser más grande, más voluminoso y, en conjunto, más fácil de detectar que una mujer media. Pero eso no significa que no puedan al menos intentar no hacer ruido al respecto. Incluso Jacob Frye, la mitad del último dúo protagonista masculino-femenino de Ubi Quebec en Assassin’s Creed Syndicate, sabía cómo subirse la capucha y mantener el labio cerrado.
Casi todos los demás protagonistas de Assassin’s Creed, salvo tres, han conseguido ser a la vez hombres y maestros de las sombras. Probablemente Yasuke tenga potencial para esconderse amenazadoramente tras una esquina ciega y abalanzarse sobre un objetivo, pero ahora mismo, tengo mis dudas.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Me va a encantar Assassin’s Creed Shadows. Mi destino quedó sellado en cuanto vi a Naoe lanzar su garfio por encima de la rama de un árbol, girar en el aire y aterrizar ágilmente como una elegante pantera negra para asestar la muerte desde las alturas a un enemigo desprevenido.
Me quedé embelesado. La presentación del juego de anoche me demostró que Ubisoft Quebec se ha superado a sí misma, dando pasos para incorporar a su próximo RPG una sensación de movimiento dinámico y fluido y una verticalidad basada en la física de la que carecía hasta ahora la serie de sigilo. Pero eso es todo: Assassin’s Creed da lo mejor de sí cuando recuerda que es una serie de sigilo. Así que, ¿por qué iba a decantarme por el enfoque de Yasuke, como un tanque, con todas sus armas? Menos mal que AC Shadows te permite jugar todo el juego con uno de los protagonistas, porque su estilo de juego ya me ha decepcionado. Lo siento, grandullón, seguro que tienes una gran personalidad.
Yin y yang
(Crédito de la imagen: Ubisoft)Avance sin manos
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Vi cómo se desarrollaba la misma misión en Assassin’s Creed Shadows de dos formas muy distintas y ahora no puedo dejar de pensar en las posibilidades
Aunque me alegro de que AC Shadows suponga el regreso de los protagonistas duales, no puedo dejar de pensar en lo extraño que resulta que uno de ellos posea aún menos potencial de sigilo que el musculoso Eivor masculino de Assassin’s Creed Valhalla.
Mira, lo entiendo: es justo asumir a nivel general que un hombre típico tiene la capacidad de ser más grande, más voluminoso y, en conjunto, más fácil de detectar que una mujer media. Pero eso no significa que no puedan al menos intentar no hacer ruido al respecto. Incluso Jacob Frye, la mitad del último dúo protagonista masculino-femenino de Ubi Quebec en Assassin’s Creed Syndicate, sabía cómo subirse la capucha y mantener el labio cerrado.
Casi todos los demás protagonistas de Assassin’s Creed, salvo tres, han conseguido ser a la vez hombres y maestros de las sombras. Probablemente Yasuke tenga potencial para esconderse amenazadoramente tras una esquina ciega y abalanzarse sobre un objetivo, pero ahora mismo, tengo mis dudas.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Yasuke es cualquier cosa menos un sigiloso asesino que recorre las calles de Japón. Tampoco intenta serlo; el altísimo samurái se enfrenta a sus enemigos de frente, ya sea con un kanabo rompe-cráneos en la mano o con la reluciente hoja de su katana. Aunque esto se ajusta más al físico de un samurái, y aunque es excelente ver al primer protagonista negro en un juego de AC siendo tan poderoso, significa que los jugadores deseosos de meterse en la piel histórica de Yasuke como el legendario guerrero africano de Japón se verán atrapados en un estilo de juego que se desvía tan marcadamente de los principios básicos de Assassin’s Creed.
No cabe duda de que Yasuke se desmarca del protagonista medio de Assassin’s Creed en lo que a funcionalidad se refiere, ya que se enfrenta a personajes como Nioh 2 y Ghost of Tsushima como un héroe de acción samurái en lugar de los Ezios y Altairs del mundo de los videojuegos. No me malinterpretes: parece muy hábil con la espada, y esas horribles animaciones de remate son toda una belleza. Lo que ocurre es que Yasuke tiene que satisfacer dos tipos de expectativas: las de Assassin’s Creed como serie, y el preocupante listón tan alto que han puesto la pequeña cantidad de juegos de acción samurái realmente excelentes de los últimos años.
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