La serie Monster Hunter no es ajena a la evolución. Monster Hunter: World de 2018 trazó un futuro más realista y naturalista para una franquicia de RPG de acción caracterizada durante mucho tiempo por extremos anime y rarezas irreverentes, mientras que Monster Hunter Rise demostró que Capcom sigue dispuesta a lanzarse a la piscina artística y temáticamente. Parece que las dos cosas se unirán en Monster Hunter Wilds, ya que el estudio combinará lo mejor de sus predecesores en un juego enorme al que se podría llamar Monster Hunter World 2.
Una demo de 30 minutos de Monster Hunter Wilds en el Summer Game Fest me mostró exactamente lo que esperaba ver: Monster Hunter World utilizado como plataforma de lanzamiento para algo más grande, más fluido y más imaginativo. Se han eliminado asperezas como la engorrosa garra de embrague de Iceborne, que algunos jugadores llegaron a resentir por lo obligatoria y limitadora que podía parecer, y en su lugar hay características que he querido durante años, y algunas que no sabía que quería hasta ahora. Tras 500 horas de Monster Hunter World y otras tantas de Rise, estos son los detalles de Monster Hunter Wilds que más me han llamado la atención.
**Avance de los juegos del verano
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