Soy normal respecto a Dragon Age, lo cual es algo normal para la gente normal respecto a una franquicia de RPG de videojuegos. He jugado y me han encantado todas las entregas que ha sacado BioWare, he hecho una recopilación crítica del popularmente denostado Dragon Age 2 y he dirigido -en tiempo presente- un número completamente normal (tres, en un entorno compartido, la más larga de las cuales comenzó hace casi una década) de campañas de mesa simultáneas con el sistema Dragon Age de Green Ronin.
Pero decir que mis expectativas sobre Dragon Age: La Guardia del Velo, que saldrá a la venta casi 10 años después de Inquisition, eran altas cuando me dirigía a un evento de preestreno a principios de este mes es técnicamente inexacto. Entre Inquisition y Veilguard, BioWare produjo Anthem y Mass Effect: Andromeda, que no estuvieron a la altura de las expectativas, y varios informes a lo largo de los años, incluso tomados con varios granos de sal, no han reflejado amablemente la propia producción de Veilguard. Y eso sin hablar de mis propias heridas y decepciones personales, aunque es importante admitir que en agosto de 2023 escribí a un grupo de otras cuatro personas: «¿Han dejado marchar a Mary Kirby?
Sería más exacto decir que mis expectativas estaban moderadas. ¿Qué será Dragon Age en 2024?, pensé antes del evento. Me preguntaba si BioWare lograría por fin reunir todas las piezas para la culminación de tantas historias y años de trabajo, o si se vendría abajo como otros proyectos de la desarrolladora. Me había armado de valor, preparándome para la posibilidad de que el último juego de una franquicia que realmente significaba algo para mí no diera en el clavo, mientras hacía números sobre sólo lo lejos que podría estar.
Sin embargo, a posteriori, y suponiendo que el resto del juego sea tan bueno o mejor que lo que he jugado, he llegado a la conclusión de que sí, que puedo jugar al último y mejor Dragon Age durante otros diez años si es necesario. La historia, por lo que he visto, es igual de épica y devastadora, los compañeros son convincentes y la mecánica es mucho más amplia en algunos aspectos y más ajustada en otros.
En retrospectiva, creo que no me equivoqué al preocuparme por… bueno, por todo. Pero las siete horas que he pasado con Dragon Age: The Veilguard, desde el principio del juego hasta varias partes de lo que los desarrolladores denominan «Acto 1», han calmado mis temores, y sospecho que harán lo mismo con cualquiera que se encuentre en una situación similar en el momento del lanzamiento.
Sin embargo, a posteriori, y suponiendo que el resto del juego sea tan bueno o mejor que lo que he jugado, he llegado a la conclusión de que sí, que puedo jugar al último y mejor Dragon Age durante otros diez años si es necesario. La historia, por lo que he visto, es igual de épica y devastadora, los compañeros son convincentes y la mecánica es mucho más amplia en algunos aspectos y más ajustada en otros.
En retrospectiva, creo que no me equivoqué al preocuparme por… bueno, por todo. Pero las siete horas que he pasado con Dragon Age: The Veilguard, desde el principio del juego hasta varias partes de lo que los desarrolladores denominan «Acto 1», han calmado mis temores, y sospecho que harán lo mismo con cualquiera que se encuentre en una situación similar en el momento del lanzamiento.