Dragon Age: Inquisition ganó múltiples premios al Juego del Año en 2014, pero si lo jugaste por primera vez 10 años después, puede que no lo supieras. Inquisition es un microcosmos fascinante de su lugar en la historia de los videojuegos, una época en la que todo tenía que ser un mundo abierto de alguna manera. El resultado es un juego que brilla en sus momentos de complejidad narrativa, pero que se queda estancado por las innecesarias misiones de búsqueda y el diseño de mundo abierto.
Pero quizá lo más fascinante sea el último DLC de Inquisition, Trespasser, que consigue ser la cima absoluta de toda la franquicia. Es una gloriosa encapsulación de todo lo que la serie hace bien, y una de las piezas más importantes de la historia de cara al próximo Dragon Age: The Veilguard. De hecho, Trespasser me parece tan vital que me cuesta imaginar que alguien se adentre en Veilguard sin ese contexto vital, pero, por desgracia, no es lo más fácil de jugar.
Nadie espera la inquisición
(Crédito de la imagen: BioWare)¿Qué viene después?
(Crédito de la imagen: BioWare)
Nuestro avance de Dragon Age: The Veilguard incluye más de siete horas de juego, además de entrevistas con el director creativo del juego
Lanzado originalmente en septiembre de 2015, Trespasser funciona como un epílogo de Inquisition, en lugar de su propia aventura independiente. Lo que esto significa, por desgracia, es que no puedes jugar a Trespasser hasta que hayas superado la historia principal de Inquisition.
Es una pena, porque Trespasser es, con diferencia, la mejor parte de Inquisition. Ambientado dos años después del juego principal, tú y todos tus amigos os habéis vuelto a reunir en el Palacio de Invierno de Orlais para asistir a una audiencia en la que se decide el destino de la Inquisición, ahora que la amenaza del fin del mundo ha sido derrotada.
Es un montaje inteligente que permite a BioWare centrarse en la caracterización y la escritura de cada uno de los miembros del grupo, que es lo que mejor se le ha dado siempre al estudio. Es fascinante ver cómo tus decisiones como jugador han dado forma a cada compañero y al propio mundo: ¿se alegran tus amigos de verte o se muestran reacios? Muchas de tus decisiones, por pequeñas que sean, están integradas en Trespasser, lo que aumenta la sensación de que el mundo respira a tu alrededor.
Además de centrarse en los miembros del grupo, Trespasser lo tiene todo: un misterio sólido, grandes batallas que ponen a prueba las tácticas de tu equipo, exploración que aporta más información y detalles de la historia, y un giro realmente emotivo.
Dragon Age: Inquisition ganó múltiples premios al Juego del Año en 2014, pero si lo jugaste por primera vez 10 años después, puede que no lo supieras. Inquisition es un microcosmos fascinante de su lugar en la historia de los videojuegos, una época en la que todo tenía que ser un mundo abierto de alguna manera. El resultado es un juego que brilla en sus momentos de complejidad narrativa, pero que se queda estancado por las innecesarias misiones de búsqueda y el diseño de mundo abierto.
Pero quizá lo más fascinante sea el último DLC de Inquisition, Trespasser, que consigue ser la cima absoluta de toda la franquicia. Es una gloriosa encapsulación de todo lo que la serie hace bien, y una de las piezas más importantes de la historia de cara al próximo Dragon Age: The Veilguard. De hecho, Trespasser me parece tan vital que me cuesta imaginar que alguien se adentre en Veilguard sin ese contexto vital, pero, por desgracia, no es lo más fácil de jugar.
Nadie espera la inquisición
(Crédito de la imagen: BioWare)¿Qué viene después?
(Crédito de la imagen: BioWare)
Nuestro avance de Dragon Age: The Veilguard incluye más de siete horas de juego, además de entrevistas con el director creativo del juego
Lanzado originalmente en septiembre de 2015, Trespasser funciona como un epílogo de Inquisition, en lugar de su propia aventura independiente. Lo que esto significa, por desgracia, es que no puedes jugar a Trespasser hasta que hayas superado la historia principal de Inquisition.
Es una pena, porque Trespasser es, con diferencia, la mejor parte de Inquisition. Ambientado dos años después del juego principal, tú y todos tus amigos os habéis vuelto a reunir en el Palacio de Invierno de Orlais para asistir a una audiencia en la que se decide el destino de la Inquisición, ahora que la amenaza del fin del mundo ha sido derrotada.
Es un montaje inteligente que permite a BioWare centrarse en la caracterización y la escritura de cada uno de los miembros del grupo, que es lo que mejor se le ha dado siempre al estudio. Es fascinante ver cómo tus decisiones como jugador han dado forma a cada compañero y al propio mundo: ¿se alegran tus amigos de verte o se muestran reacios? Muchas de tus decisiones, por pequeñas que sean, están integradas en Trespasser, lo que aumenta la sensación de que el mundo respira a tu alrededor.
Además de centrarse en los miembros del grupo, Trespasser lo tiene todo: un misterio sólido, grandes batallas que ponen a prueba las tácticas de tu equipo, exploración que aporta más información y detalles de la historia, y un giro realmente emotivo.
Da la sensación de que Trespasser analiza la trilogía Dragon Age y extrae poco a poco lo mejor de ella: la dinámica de grupo tan unida de Dragon Age 2, la reflexión filosófica sobre si realmente puedes cambiar el mundo de Origins y los encuentros de combate con sentido narrativo como en Inquisition.
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