Stalker 2: Heart of Chornobyl ha recorrido un largo camino en muy poco tiempo. Cuando jugué al esperado shooter en la Gamescom del año pasado, me quedé un poco preocupado por el estado en que se encontraba: decir que aquella primera versión en desarrollo era excepcionalmente tosca sería un eufemismo similar a decir que la zona de exclusión de Chornobyl era un pequeño peligro para la salud. El juego no tardó en retrasarse de nuevo. Pero el Stalker 2 que probé en el Summer Game Fest 2024 no se ha limitado a perfeccionar los cimientos, sino que ha experimentado una transformación absoluta.
La fidelidad visual se ha revisado por completo; donde antes la Zona parecía algo plana y descolorida, ahora está repleta de detalles densos, un cielo violento que ilumina anomalías mortales en la distancia del mundo abierto. La inteligencia artificial es más nítida, los enemigos me persiguen tenazmente a través del espeso follaje mientras comparten sus balas entre mi posición en una cresta irradiada y Blind Dogs acechando entre la hierba alta. La velocidad de fotogramas se mantiene estable mientras las armas de fuego retroceden como un martillo neumático, propensas a atascarse mientras aprietas el gatillo a medida que las armas se degradan gradualmente con el tiempo, un verdadero problema cuando los Bloodsuckers entran y salen de la vista, los mutantes cambian a tu alrededor más rápido de lo que gira la retícula.
**Avance de los juegos del verano
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