Pocos juegos me han convencido tanto como The Plucky Squire. A los cinco segundos de mi sesión de demostración con el codirector James Turner, estoy sonriendo de oreja a oreja mientras veo al protagonista Jot recorrer las páginas de un libro de cuentos en el capítulo cuatro de la aventura. Entonces, tras acercarse a un portal arremolinado en la esquina de una página, el pequeño héroe se convierte en 3D y camina alrededor de un escritorio gigante.
El cambio de 2D a 3D a lo largo de la demo sigue sorprendiéndome y deleitándome, y francamente nunca pasa de moda. En una ocasión, por ejemplo, Jot salta a un dibujo que decora una superficie cercana gracias a tres pegatinas de cerdos que se han pegado al azar en cada esquina del trozo de papel. Utilizando el dibujo como puente improvisado, puede entonces alcanzar una estantería situada más arriba en el mundo tridimensional, lo que demuestra cómo las dos dimensiones trabajan juntas para presentarle escenarios similares a los de un rompecabezas para progresar.
Desde su encantador estilo artístico, sus simpáticos personajes y su mezcla de géneros, hay tantas características y toques destacados durante la demo que me han dejado convencido de que The Plucky Squire va a ser una aventura muy mágica.
Palabras y magos
(Crédito de la imagen: Devolver Digital )Gamescom 2023
(Crédito de la imagen: Gamescom)
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Como protagonista de un mundo de cuento, es expulsado de las páginas del libro por el antagonista Humgrump, que se da cuenta de que es el villano de la historia que está destinado a perder. Con Humgrump ahora decidido a reescribir el final, Jot debe luchar contra las fuerzas oscuras y restaurar la conclusión feliz de la historia. A partir del capítulo cuatro, seguimos a Jot mientras intenta conseguir un arco para avanzar al siguiente capítulo. Saltando entre las páginas y el mundo tridimensional – que es la habitación de un niño que alberga el libro de Jot – se aprecia inmediatamente la gran variedad que ofrecen los mundos bidimensionales.
En el libro, por ejemplo, Jot es capaz de arrancar una palabra de una frase de la página, saltar fuera del libro para pasar las páginas y volver a colocarla en otro párrafo en otro lugar. Como nos cuenta Turner, a veces puede encontrar una palabra que no tiene utilidad en el lugar en el que se encuentra, pero puede resultar evidente dónde hay que colocarla en una página posterior. Es una forma tan creativa y apropiada para el tema de incorporar diferentes escenarios de rompecabezas, pero es sólo un ejemplo de las muchas formas mágicas en que esta función da vida a la sensación de aventura.
Lo primero que me llamó la atención de The Plucky Squire es su homenaje a un batiburrillo de géneros. De vuelta al mundo tridimensional, Jot se topa con una carta que parece de Magic The Gathering. Resulta ser el hogar de un guardabosques elfo con un arco, que casualmente es el arma que Jot necesita. Al saltar a la carta, se inicia una batalla por turnos en su interior, en la que Turner hace guiños a Pokemon en busca de inspiración. En otra ocasión, el salto de Jot entre 2D y 3D cambia el escenario a un segmento de desplazamiento lateral para demostrar una vez más la mezcla de géneros.
(Crédito de la imagen: Devolver Digital )
«Una de las grandes alegrías de The Plucky Squire son todos los pequeños detalles que decoran los mundos 2D y 3D».
The Plucky Squire también alberga una serie de minijuegos que se pueden encontrar a lo largo del juego, aportando aún más variedad a la experiencia. El que yo veo es un juego reactivo basado en el tiempo que tiene a Jot intentando agarrar a un pececillo escurridizo que no se queda quieto. El pez es sólo uno de los muchos encuentros que puede tener con los miembros de su grupo de confianza, Violet y Thrash, que le acompañan en su intento de restaurar el final feliz.
Una de las grandes alegrías de The Plucky Squire son todos los pequeños detalles que decoran los mundos 2D y 3D. Ya sea un texto en la página que describe a una pequeña rana observando un nenúfar que luego se ilustra, o una pila gigante en el escritorio que muestra lo pequeño que es Jot, ambos lados están muy bien pensados, con pequeños toques que le mantienen sonriendo durante todo el juego.
Turner explica que el equipo quería asegurarse de que The Plucky Squire fuera accesible y pudiera disfrutarlo el mayor número de personas posible. Por eso, por ejemplo, puede encontrar un pequeño mago llamado Mini Barba que le dará pistas si está atascado en un puzzle o no sabe cómo avanzar.
Al final de mi sesión, me he quedado con un deseo abrumador de ver más de su encantador mundo y ver de qué otras formas inventivas utiliza el equipo su divertida función de salto de 2D a 3D. Una cosa es segura: The Plucky Squire es sin duda uno de mis juegos más esperados para 2024.
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