No esperaba que Assassin’s Creed Mirage me hiciera sentir tan bien. Han pasado casi ocho años desde que saltamos por los tejados en el último juego «tradicional» de Assassin’s Creed en Syndicate, y desde entonces hemos estado en Egipto, Grecia y la Inglaterra vikinga en una trilogía de experiencias RPG de Assassin’s que buscaban redefinir lo que podía ser un juego de Assassin’s Creed. Antes de poner rumbo a Japón para otra aventura RPG con Assassin’s Creed Red, Ubisoft Bordeaux está abordando una experiencia más compacta, más de base, contando la historia de origen de Basim Ibn Ishaq en el Bagdad del siglo IX. Y la verdad es que sienta de maravilla.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Con unas 1000 horas y pico invertidas en Assassin’s Creed Origins, Assassin’s Creed Odyssey y Assassin’s Creed Valhalla, no cabe duda de que he disfrutado con creces de lo profunda y rica que puede llegar a ser una experiencia de juego de rol. Aun así, ver la vieja indicación de «stick analógico izquierdo + A» para correr libremente, me hizo darme cuenta de lo mucho que había estado añorando el Assassin’s Creed de antaño. Ver a Basim caminar de puntillas por cuerdas, saltar parapetos y deslizarse por tejados me transportó directamente a los tiempos de Ezio Auditore, sobre todo cuando le veía balancearse por las esquinas de los edificios en esas poleas de cuerda excelentemente colocadas.
Sí que es necesario adaptarse un poco para recordar que el regreso a las mecánicas clásicas significa que ya no se puede trepar por cualquier cosa. Ubisoft Bordeaux me dice que el objetivo es volver a hacer de la escalada un rompecabezas, y se nota. Hay que buscar asideros en los arcos de las ventanas y en las puertas, salientes y recovecos que le permitan subir más alto y, por lo general, alejarse de más miradas indiscretas, o que le alejen del rastreo de los guardias a los que haya conseguido alertar.
Del botín oculto a la hoja oculta
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Antes de convertirse en un asesino, o «Escondido» como se les conoce a estas alturas de la historia, Basim es un ladrón, por lo que permanecer en las sombras siempre ha sido una constante. Esta es una historia de origen de harapos a riquezas, en la que Basim pasa de trabajar con su amigo Nehal para encontrar su próxima comida a maestro asesino. Afortunadamente, muchas de las habilidades requeridas siguen siendo las mismas en todo momento. El carterismo, completado con un rápido minijuego basado en el tiempo que se hace más difícil cuantas más monedas se puedan robar, podría ser la diferencia entre tener lo suficiente para ayudar a los niños del barrio o conseguir comprar la horquilla china que su objetivo quiere para su colección.
Mezclarse con una multitud podría ayudarle a colarse en una zona vigilada sin anunciarse, pero igualmente pagar a un músico bullicioso también podría proporcionar la cantidad justa de jaleo para distraer a un destacamento de guardias. Sumergirse bajo el agua o moverse entre una multitud espesa puede ser el billete para librarse de los guardias que le persiguen y evitar que se dispare aún más la alarma. Se trata de mecánicas familiares para cualquiera que sea fan de la serie de antaño, pero suponen un bienvenido regreso y están llevadas a cabo con tal atención a la nostalgia que resulta increíble jugar.
Los aficionados a la historia se unen
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Assassin’s Creed Mirage también nos permitirá adentrarnos en el Alamut, que por lo que parece, estará repleto de huevos de Pascua que los fans de lo último podrán descubrir.
Sin embargo, eso no quiere decir que Assassin’s Creed Mirage se quede anclado en el pasado. Para empezar, hay un nuevo sistema de notoriedad que le da un mayor sentido a esta ciudad conectada de Bagdad. Si te atrapan en una de las grandes misiones principales de la caja negra, aumentará tu nivel de notoriedad en todo el lugar. Arrancar carteles o sobornar a la persona adecuada ayudará a bajarlo, pero deje que suba demasiado y conseguirá que le persiga una guardia de élite. No es lo que desea para un juego cuya prioridad es trabajar desde las sombras.
Sin embargo, si acaba teniendo que enfrentarse a algún guardia, el combate se siente ligero, moderno y ágil, sobre todo en comparación con la lentitud del combate de Assassin’s Creed Valhalla, con sus martillos y hachas. El sistema de parada es increíblemente importante, y dispones de una serie de artilugios que puedes utilizar, como bombas de humo, que pueden ayudarte a salir de apuros. Por supuesto, esos artilugios también son increíblemente útiles en el sigilo, desde dardos de soplado y cuchillos arrojadizos hasta armas para hacer ruido y otras trampas.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Pero, su verdadera habilidad es el propio Basim. Es nativo de Bagdad y conoce la ciudad al dedillo. La gente no sólo le reconoce, sino que también quiere ayudarle, lo que le abre las puertas a nuevos encargos y misiones a lo largo del juego. Esto fue especialmente cierto en una de las misiones de caja negra del juego que jugamos, que consistía en intentar dar caza a un objetivo conocido únicamente como El Tesorero. El comerciante de té Kong nos ayudó a conseguir una entrada para una subasta privada en la que sabíamos que estaría el objetivo, a cambio de liberar algunas de sus existencias de un almacén vigilado.
Una vez que estuvimos dentro del mercado donde se celebraba la subasta, tuve que hacer algo de trabajo detectivesco para averiguar exactamente quién podía ser el Tesorero. Me senté en un banco cerca de un par de mujeres que hablaban de un perfume en particular, escuchando a hurtadillas su conversación hasta que conseguí que una de ellas se quedara a solas para hablar con propiedad. Entré en habitaciones privadas para rebuscar en los cajones y encontrar notas útiles, e hice muchos otros trabajos detectivescos antes de asistir yo mismo a la subasta para pillarlas en la puja.
No olvide su RPG
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Estas experiencias de caja negra ampliadas permiten que se cuele más de ese elemento RPG. Se trata de una historia lineal, la historia de Basim, por lo que no hay opciones de diálogo, pero sí de enfoque y de cómo se desarrollan las misiones. Por ejemplo, si hubiera sido un prolífico carterista habría tenido suficiente moneda para comprar la horquilla antes mencionada. En lugar de eso, tuve que localizar al comprador y robársela, antes de encontrar la forma de entrar en el exclusivo gremio de mercaderes del tesorero. Para conseguir esa información tuve que sobornar al dueño de un puesto con una ficha especial, que es una de las monedas exclusivas de Mirage y realmente abre nuevas oportunidades tanto para el sigilo como para la investigación.
Da la misma sensación de satisfacción que completar un nivel de Hitman. Sabes que tienes la posibilidad de explorar todas las oportunidades de esa zona para llegar a tu objetivo, pero la ruta que tomes inevitablemente depende de ti. Sin embargo, a diferencia de Hitman, el nivel no acaba ahí, sino que vuelves a la ciudad y a veces tendrás que enfrentarte a las decisiones que hayas tomado en otro lugar, algo que descubrí por las malas.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
Con el Tesorero abatido, opté por no enfrentarme a sus guardias, bastante molestos por cierto, y en su lugar me limité a salir por patas del gremio. En mi huida, accidentalmente atravesé el almacén donde había conseguido los cofres de té de Kong apenas media hora antes. Surgieron más guardias furiosos persiguiéndome, pero esta vez por un delito totalmente distinto. Por suerte, para librarme de ellos no necesité mucho más que zambullirme en un río cercano y nadar río arriba durante un rato, pero dejó una fea marca en mi medidor de notoriedad.
Me encanta todo lo que se puede hacer en Assassin’s Creed Mirage, y el hecho de que parezca un juego que te va a recompensar cuanto más explores. Hay pequeñas misiones que se pueden encontrar simplemente hablando con la gente que se mueve o vive en Bagdad o escuchando por casualidad una conversación, lo que se siente de nuevo como ese ADN de RPG colándose en esta experiencia más tradicional. Pero, en lugar de sentirse como una mezcla de géneros, simplemente ayuda a dar vida a esta increíble ciudad.
(Crédito de la imagen: Ubisoft)
La pasión del equipo de Ubisoft Bordeaux es evidente, tanto por la serie como por la oportunidad de dirigir su primer juego. Se nota en que Assassin’s Creed Mirage hace tanto por honrar los orígenes de la serie sin dejar de lado los viajes que hemos realizado en los últimos años con Bayek, Kassandra, Eivor y compañía. Por lo que he visto hasta ahora, estoy impaciente por ver qué más nos depara la historia de Basim, sobre todo en lo que respecta a las relaciones que entabla con su mentor Roshan y los demás Ocultos.
Assassin’s Creed Mirage saldrá a la venta el 5 de octubre en PS5, Xbox Series X y PC, además de en PS4 y Xbox One.