En Baldur’s Gate 3, conseguí abrirme paso hablando hasta un granero donde los guardias locales estaban reuniendo recursos para los refugiados. Tras superar un chequeo de persuasión gracias a mis maneras de bardo, supuse que podría encontrar y birlarles algún botín delante de sus narices. Poco sabía que me esperaba una recompensa mucho mayor, y que vendría en forma de un encuentro bastante inesperado. Mientras me dirigía al granero, en busca de cofres y cajas, me percaté rápidamente de la presencia de un gran cerdo rosa escondido tras una pequeña valla a un lado de la entrada. Sé exactamente lo que esto requiere. Antes de que pudiera emitir un solo oink, utilicé mi hechizo Hablar con los animales y me abalancé sobre él.
«Digo, terriblemente decente por tu parte venir a intercambiar cumplidos», declara el cerdo en un tono gloriosamente pijo. Esto. Juego. Mi destreza persuasiva y mi curiosidad se habían visto recompensadas al instante al permitirme conversar con un cerdo muy educado. ¿Qué podría ser mejor? No pude evitar elegir la respuesta «Está usted entre los cerdos más impresionantes que he visto nunca», porque era totalmente cierta. «¡Oh, qué amable de su parte!», respondió el elocuente cerdo, «he estado dejando crecer mis cerdas hacia fuera – es algo así como un arte, ya ve». Ya veo. No es ni mucho menos la primera vez que hago uso de Hablar con los animales, pero en este momento, volví a recordar que es el mejor hechizo de Baldur’s Gate 3.
He perdido la cuenta de las muchas ocasiones en las que me he desviado del camino al ver animales. Constantemente me siento obligado a dejar lo que estoy haciendo y entrevistar a todos y cada uno de los bichos y criaturas que habitan el mundo para aprender más sobre ellos o escuchar lo que tienen que decir. Esto sólo hace que ame y admire aún más la aventura de Larian, pero no sólo por la novedad que supone.
Todas las criaturas grandes y pequeñas
(Crédito de la imagen: Larian Studios)
Aproveché la oportunidad de aprender el hechizo Hablar con los animales en cuanto pude. Claro que encaja perfectamente con la clase druida, pero de ninguna manera iba a dejar de dárselo a mi bardo a la primera oportunidad que tuviera. Tras haber esperado al lanzamiento de Baldur’s Gate 3 en PS5, ya había oído rumores sobre el hechizo y enseguida me convenció la idea. Quiero decir, ¿quién no querría hablar con los animales?
Aporta una dimensión totalmente distinta al mundo del juego cuando se puede hablar con un gato que ha estado vigilando a los clientes de la Caricia de la Sharesa, por ejemplo, o con una rata que sabe lo que ha estado ocurriendo en las alcantarillas. Desde ofrecer relatos de testigos hasta útiles chismes de información, no deja de sorprenderme lo que puedo averiguar entrevistando a la fauna local. Pero aunque no ofrezcan grandes revelaciones, siempre resulta entretenido o esclarecedor.
(Crédito de la imagen: Larian Studios)Decisiones, decisiones
(Crédito de la imagen: Larian Studios)
Llevo 90 horas en Baldur’s Gate 3, pero empecé a planear mi segunda y tercera partida en los primeros 10 minutos.
Cada vez que converso con un animal, pienso en cuánto trabajo debe de haber costado hacer realidad este hechizo en el mundo. Al fin y al cabo, cada vez que Larian añadía un animal, el equipo debía de haber tenido que pensar qué dirían, cómo sonarían y por qué existen en este lugar, en caso de que el jugador quisiera hacer uso de la habilidad. Es sólo otra forma de enriquecer el mundo de Baldur’s Gate 3, con una capa adicional de narración, humor y encanto. Ya sea interrogando a un Buey Extraño en la Arboleda, diciéndole a Biscotti que es un perro muy bueno o aprendiendo algo valioso para una misión de una paloma llamada Comandante Pluma Ligera, se pueden tener muchos encuentros memorables si se entiende su jerga.
Llegados a este punto, no puedo imaginarme experimentar el mundo de Baldur’s Gate 3 sin este poder. Aporta magia añadida a la aventura de una forma que sigue sorprendiéndome y deleitándome a partes iguales. También me ha animado a explorar aún más, ya que no quiero perderme ni una sola oportunidad de entrevista o una posible conversación con un animal cercano. Al fin y al cabo, si no me hubiera dejado convencer para entrar en ese granero, nunca habría conocido al «cerdo más impresionante que he visto nunca», y eso sí que habría sido una tragedia. Larian ofrece una cantidad espectacular de opciones en su juego de rol de fantasía -no dejo de pensar en las muchas posibilidades que puedo explorar-, pero creo que siempre querré tener este hechizo a mano. Quién sabe con qué animal me encontraré a continuación, pero estoy impaciente por descubrirlo.
Un trágico error en Baldur’s Gate 3 impidió que Karlach se uniera a mí y me persigue desde entonces.