Ninguna otra película de este año comenzó con tanto gusto como Babylon, de Damien Chazelle, una extravagante oda a una industria en transición cuando el cine sonoro arrasó en Hollywood en los años 20 y 30. Una deslumbrante secuencia de 20 minutos ambientada en la desenfrenada fiesta en la mansión de un ejecutivo de un estudio presenta a todos los actores clave de la historia en medio de la ingesta de drogas, los bailes y los excesos orgiásticos.
A continuación, Chazelle explica cómo se gestó esta escena y los retos que supuso rodarla. Esta entrevista apareció por primera vez en el suplemento Crítica del año 2023 de Total Film, que puede solicitar en línea aquí.
Damien Chazelle: Necesitaba una excusa para presentar a los personajes principales. Nos diría algo sobre dónde estaba su sociedad, dónde estaban los distintos personajes en el orden jerárquico. Se puede aprender mucho sobre Hollywood en un momento dado a través de sus fiestas. Quién entra, quién no, quién está en la puerta, qué tipo de música ponen, cuál es el código de vestimenta…
Siempre hay bastantes cambios sobre la marcha [durante el rodaje], pero las líneas maestras estaban todas calculadas de antemano. La música [de Justin Hurwitz] fue realmente útil, porque básicamente teníamos toda la música de antemano. Podía hacer una especie de storyboard con la música, y averiguar: «Esta parte de la música estará aquí, este compás descendente se corresponderá con este primer plano, y este crescendo de aquí se corresponderá con este movimiento de cámara…».
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(Crédito de la imagen: Universal/Total Film)
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Y luego trabajé con la coreógrafa, Mandy Moore. Ella tenía un pequeño estudio de danza en el terreno de la Paramount en el que [ensayábamos]. Es una especie de pieza de teatro. Pusimos cinta adhesiva en el suelo y creamos un decorado específico: «Aquí es donde está la puerta. Aquí es donde está el quiosco de música…» Podíamos intentar trazar la escena. Hacíamos pequeños ensayos de un grupo de bailarines o, por ejemplo, de Diego [Calva, que interpreta al neófito del estudio Manny Torres] y Margot [Robbie, alias la actriz Nellie LaRoy], o de Li Jun Li [la cantante Lady Fay Zhu]. Así que cuando llegamos al plató, ya había habido muchos guiones gráficos, ensayos, discusiones… Pero aún así acabas adaptando muchas cosas al plató.
(Crédito de la imagen: Paramount)
Es una mezcla de diferentes localizaciones. Todo son trozos de lugares reales. Los exteriores son el Castillo de Shea, que es una especie de extraño edificio de los años 20 en medio de Lancaster [en California] que, como muchos edificios de la época, alguna persona rica y chiflada construyó en el desierto al estilo de un castillo irlandés o algo así. Se siente muy fuera de lugar de una manera asombrosa. Y luego el interior es el vestíbulo del Ace Theatre en el centro de Los Ángeles. Luego hay un par de pequeñas salas laterales, y esas las construyó Florencia [Martin], la diseñadora de producción, sobre un escenario.
El grueso [del rodaje de esta escena] fue de unos siete u ocho días. Y luego hubo un día para las cosas exteriores – todo en el perímetro de la casa y fuera de ella. Y luego tuvimos pequeños trozos en habitaciones individuales. Creo que el mayor número [de extras] que tuvimos fue de 150, quizá. Queríamos que parecieran más bien 300. De hecho, fue parte de la razón por la que elegimos una localización interior un poco pequeña -más pequeña de lo normal- en la que te sintieras un poco apretado.
Hacía un poco más difícil mover la cámara, un poco más difícil para la grúa y cosas así. Pero le daba una especie de sensación de estar apiñados como sardinas, lo que creo que ayudaba a que pareciera que había más gente de la que realmente hay. Siempre se podía tener gente en los bordes del encuadre. Y podías salpicar a la gente en los balcones superiores, y en las pequeñas alcobas. Se sentía un poco como un desbordamiento de gente que entraba por todos los rincones.
Definitivamente, el arte imita a la vida, o viceversa, en las secuencias de la fiesta, por la música -ponemos la música a todo volumen en el plató en cada toma- y por el efecto químico que se produce cuando la gente se hacina en una habitación, bailando al ritmo de la música. Definitivamente siento que al final de una de esas grandes tomas, había una especie de fervor – una exaltación o algo así. Teníamos un equipo bastante increíble que de alguna manera se las arreglaba para seguir toma tras toma. De nuevo, la música ayudó. Teníamos músicos de verdad en los pasillos que hacían sonar otras canciones entre tomas, sólo para mantener la energía siempre en marcha si flaqueábamos, así que aquello parecía una auténtica fiesta.
Babylon está disponible en DVD, Blu-Ray y Digital, y se puede ver en streaming en Paramount Plus.
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(Crédito de la imagen: Total Film)