No puedo creerme que esté corriendo por Kalm en Final Fantasy 7 Rebirth. Pero aquí estoy, en el capítulo 2 del juego, recorriendo una recreación moderna del idílico pueblo que llegué a conocer hace tantos años en la entrega original de 1997. Cloud y la pandilla acaban de pasar la noche en una posada y, cuando salgo por primera vez, me impresiona la sensación de vida que transmite el pueblo; todo rebosante de lugareños y visitantes que se afanan en sus quehaceres diarios. No muy diferente a redescubrir Midgar en Final Fantasy 7 Remake, es un lugar que se siente a la vez familiar y nuevo. Desde que atravieso la plaza hasta que visito las tiendas, me tomo un momento para apreciar lo detallado que está todo. Incluso me divierte oír de fondo la versión actualizada del tema clásico de la ciudad mientras exploro.
Sin embargo, lo que más disfruto de mi estancia en Kalm es la forma en que me introduce en una de las nuevas características de Rebirth, y es una que llega justo al corazón de lo que me hace estar tan emocionado por la continuación. Al igual que Remake nos permitió ver nuevas facetas de su icónico elenco de personajes al dejarnos pasar más tiempo con ellos entre la acción, Rebirth se centra más en los vínculos de la party en todos los aspectos, desde el combate hasta la historia.
Al adentrarme en la ciudad, compruebo esto de primera mano mientras charlo con Tifa. Tras elegir una respuesta cronometrada, una ventana emergente me informa de que mi relación con Tifa ha cambiado. Esto indica que mis acciones no sólo afectarán a los vínculos que forme con mi grupo, sino que la fuerza de estos vínculos puede incluso alterar partes de la historia dependiendo de mis elecciones. Después de aceptar reunirme con Aerith no mucho tiempo después, por ejemplo, veo cómo mi decisión de pasar un poco de tiempo con ella influye en una conversación de grupo más adelante. Puede que sólo haya tenido una pequeña muestra de la experiencia durante mi sesión práctica, pero desde el tiempo que pasé luchando hasta la conversación con los personajes, el énfasis en los vínculos es un punto destacado constante.
Sinergia
(Crédito de la imagen: Square Enix)Vieja escuela
(Crédito de la imagen: Square Enix)
A lo grande en 2024: Final Fantasy 7 Rebirth me convenció hace 27 años
Después de que los soldados de Shinra hagan su aparición en Kalm, es hora de que Cloud y la pandilla hagan su salida, lo que me lleva a las Praderas; una zona abierta que impone al instante su sensación de escala. Ya no estamos en los confines de Midgar, ahora estamos en el mundo en general. Mientras el grupo contempla los verdes campos y yo me adentro en el paisaje, recuerdo la forma en que el juego original te abre al mundo exterior por primera vez. Podría decirse que es uno de los momentos más memorables de la versión de 1997, y realmente parece que Rebirth recupera eso para los aficionados, con la promesa de aventuras en el horizonte.
Con un marcador de búsqueda y pocos puntos de interés, tengo libertad para explorar mientras me abro paso por la zona, con bolsas de enemigos repartidas por los alrededores que me permiten entrar en combate con mi grupo. Crucialmente, es aquí donde veo cómo los vínculos influyen en la batalla, y se basan en lo que creo que hizo tan memorable a la expansión Episodio Intermission de Final Fantasy 7: las habilidades de sinergia. En Intermission, Yuffie y Sonon podían hacer uso de habilidades de Sinergia que combinaban sus habilidades únicas para realizar un poderoso ataque. En Rebirth, Cloud y el grupo también disponen ahora de habilidades de Sinergia que dos personajes pueden usar en equipo, aprovechando y combinando los puntos fuertes y estilos de lucha de la pareja.
No sólo eso, sino que también hay habilidades de sinergia que puedes usar mientras bloqueas con R1, que son exclusivas de distintos grupos de personajes y activan movimientos combinados que no requieren que llenes el medidor ATB para usarlas. Usarlas en combate realmente hace que todo el grupo se sienta unido, e infunde una sensación de camaradería que también alimenta eficazmente la forma en que Rebirth hace de los lazos uno de sus temas principales.
Trabajo en equipo
(Crédito de la imagen: Square Enix)
A medida que avanza en su aventura, superando desafíos, completando tareas y explorando en grupo, aumentará el nivel de su grupo, lo que desbloquea más habilidades y destrezas para cada personaje de sus folios; lo que en esencia es como un sistema de árbol de habilidades que abre el camino a más poderes y estadísticas aumentadas. Es natural que los lazos crezcan y se formen a medida que pasáis penurias juntos, y me encanta la forma en que esta idea se ha incorporado al sistema de subida de nivel. La forma en que todo el grupo sube de nivel constantemente me hace sentir que realmente están juntos en esto, trabajando como un equipo.
Me moría de ganas de probar el combate como Red XIII, que se mueve con una fluidez ágil mientras salta, gira y rueda hacia los enemigos. Utilizando una habilidad de sinergia conocida como Carga salvaje, Cloud y Aeirth se unieron a mí mientras me abalanzaba hacia un enemigo, lo cual es solo un ejemplo de cómo los nuevos poderes de sinergia hacen que los combates se sientan constantemente como un esfuerzo grupal más unido. Hacer uso de los diferentes poderes que tiene cada pareja da al combate más variedad que el del Remake, y con la promesa de desbloquear más a medida que avance la historia -por no hablar de que más adelante se unirán a la refriega nuevos miembros del grupo-, estoy impaciente por ver qué otros movimientos nos esperan.
Dado que Final Fantasy 7 Remake reunió al grupo en Midgar, tiene todo el sentido que Rebirth apueste por los lazos que forman dentro y fuera del combate en su viaje juntos por el mundo. En lo que respecta a la historia, durante mi estancia en Kalm sólo pude ver unos pocos ejemplos de este sistema de vínculos de grupo en acción -que también incluye una función que permite ilustrar los sentimientos de los personajes hacia ti haciendo aparecer un pequeño emoticono de cara sonriente sobre sus cabezas-, pero lo que vi sólo hace que me emocione más por lo que está por venir. Es fácil ver cómo esto puede hacer que algunos de los momentos más importantes del juego original sean más impactantes, y estoy impaciente por ver cómo influirán nuestras elecciones en las relaciones entre los personajes a medida que avance la aventura.
(Crédito de la imagen: Square Enix)
Square Enix ha dicho que Rebirth puede ser una experiencia independiente -se dice que en el menú hay una recapitulación de los acontecimientos del Remake- y desde luego hace un buen trabajo al tutorizar todo desde el principio para que puedas meterte de lleno en la acción. Aun así, sigo pensando que sacará el máximo partido a Rebirth si ha jugado a Remake. Sólo pude echar un vistazo al primer capítulo y empecé a abrirme camino por el capítulo 2 antes de que mi tiempo llegara a su fin, pero nada superó la alegría de volver a ver a estos personajes que había empezado a conocer en Remake.
Mi demo comenzó con un flashback en Nibelheim en el que controlaba tanto a Cloud como a Sephiroth. La recreación que hace Rebirth de algunas escenas famosas es realmente digna de contemplar. Y con el capítulo 2 llevándome después a Kalm -que cobra vida con más detalle que nunca-, mi tiempo con Rebirth llegó a su fin en la primera zona abierta del juego en las Praderas. Hogar de algunos lugares familiares, acababa de llegar a la granja de chocobos de la zona cuando tuve que terminar mi sesión práctica, pero incluso el rancho me pareció una reimaginación encantadora y moderna del que se encontraba en el juego original.
Han pasado cuatro años desde que me abrí paso por Midgar con Cloud, Tifa, Aeirth y Barret en Final Fantasy 7 Remake, y ahora, mientras juego los dos primeros capítulos de Final Fantasy 7 Rebirth, me doy cuenta de lo mucho que he echado de menos a estos personajes. Acompañados por Red XIII, que acaba de unirse al equipo, su dinámica de grupo y sus intercambios son un punto culminante constante durante mi sesión práctica; incluso tan al principio del juego. Y después de ver cómo la continuación pone los vínculos en primer plano, tengo aún más ganas de reunirme con ellos como es debido el 29 de febrero.
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