El género de terror está en auge. Ya sea el conocido survival horror del remake de Resident Evil 4, o el más centrado en la acción de Diablo 4, los jugadores con inclinación por el terror están siendo bien atendidos, independientemente de cómo obtengan sus sustos. Con títulos de la talla de Dead Space y El protocolo Callisto adornando la escena recientemente, y con los titanes del género Alan Wake 2 y Alone in the Dark próximamente, realmente es un gran momento para el terror de superproducción en todos los frentes.
Pero seamos claros: la actual oleada de aventuras de terror AAA de primera fila debe su popularidad -al menos en parte- al incansable trabajo que sus homólogos indie de menor escala han realizado durante la última década.
Inspiraciones indie
(Crédito de la imagen: Red Barrels)
Aunque se popularizó en los años 90 -primero con Alone in the Dark, y más tarde con Resident Evil y Silent Hill-, el género del survival horror alcanzó su máximo esplendor en la década de 2000. Silent Hill 2 es fácilmente uno de los mejores y más influyentes juegos de terror de todos los tiempos, mientras que para muchos, Resident Evil 4 es el más grande.
El uso de un medidor de cordura decreciente significaba que Eternal Darkness: Sanity’s Requiem hacía poco por evitar los tropos de la enfermedad mental, pero sí que se salía de lo convencional al hacer que pareciera que su consola se había apagado sola, que su partida guardada se había borrado sola y que su televisor se había silenciado inexplicablemente una vez que el protagonista del juego había sucumbido a las sombras. Por otra parte, Dead Rising fue más allá de los límites de la acción y el terror, mientras que Dead Space logró un equilibrio casi perfecto entre la acción sin cuartel y el horror acechante.
Generador de terror
(Crédito de la imagen: Frictional Games)
El generador de Amnesia: The Bunker es una de las creaciones más terroríficas del survival horror
En la década de 2010, sin embargo, el terror AAA había perdido el rumbo. Tras el decepcionante Resident Evil 5, Resident Evil 6 fue un amasijo hinchado de ideas que, en última instancia, no logró reflejar sus raíces como se pretendía. Silent Hill sufrió un destino similar con Downpour, un retroceso igualmente confuso y confuso a medio hacer que intentó replicar las mejores ideas de Silent Hill 2, pero que fracasó a la hora de ejecutarlas con algún grado de delicadeza – 10 años después, y un ciclo completo de consolas más tarde. Con Skyrim y Fallout impulsando los RPG de acción más que nunca, títulos como Uncharted impulsando el espacio de las aventuras de acción y el ascenso meteórico del género battle royale hacia el final de la década, el terror AAA en los primeros compases de la década de 2010 -The Last of Us aparte- no estaba ni de lejos tan bien servido como lo había estado en décadas pasadas.
Entra en escena el terror indie. Inspirados por los más grandes y los mejores, títulos como Amnesia: Dark Descent demostraron que los grandes presupuestos y los equipos masivos no eran imprescindibles para elaborar los mundos y las historias más espeluznantes e inquietantes. Outlast rompió las reglas al eliminar las armas, y nos obligó a recorrer a tientas un escenario asolado por el terror equipados con nada más que una vieja videocámara.
(Crédito de la imagen: Frictional Games)
«Los próximos 10 años podrían ser tan especiales, espeluznantes y reventadores de pantalones como aquellos embriagadores días de terror del cambio de milenio».
Soma, de Frictional Games, cambió el aire gótico de Amnesia por la ciencia ficción; Sylvio fue una clase magistral de terror atmosférico; Darkwood impresionó con sus vistas cenitales y su enfoque narrativo ligero; The Forest se inclinó por el género de supervivencia con resultados aterradores; Layers of Fear clavó el tono dispar del terror psicológico; y el sidescroller Inside fue, y sigue siendo, uno de los juegos más inquietantes que jamás haya jugado. Aunque quizá no sea un estudio «indie» en su forma más pura, Tango Gameworks lanzó el primer juego de The Evil Within también antes de la adquisición del estudio por parte de Bethesda.
Hubo que esperar hasta 2017 para que Capcom se reintrodujera en el escenario del terror, con el formidable Resident Evil 7. Su cambio a la primera persona sacudió la vieja fórmula de forma bastante drástica, antes de que la reimaginación moderna de Resident Evil 2 por parte del desarrollador en 2019 marcara el regreso del terror AAA propiamente dicho. Desde entonces, Capcom ha lanzado el remake de Resident Evil 3, Resident Evil Village, un puñado de paquetes de DLC de primer nivel para RE7 y Village, y el remake de Resident Evil 4. La resucitada serie Silent Hill tiene varios juegos nuevos en preparación, entre los que destaca un remake en toda regla del número 2, y hay muchísimos juegos de terror inminentes para 2023 y más allá, cada uno de los cuales subraya lo prometedor del género de cara al futuro.
Esto no quiere decir que el actual renacimiento del terror AAA no se hubiera producido sin el trabajo de los indies en los últimos 10 años aproximadamente, pero los estudios más pequeños han hecho algo más que mantener las cosas en marcha entre una época y otra: han creado algunos de los mejores juegos de terror en los que los grandes se han inspirado desde entonces. Ahora, con ambos espectros funcionando a pleno rendimiento, los próximos 10 años podrían ser tan especiales, espeluznantes y reventadores de pantalones como aquellos embriagadores días de terror del cambio de milenio.
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