Tras incontables años de adentrarme en las extrañas complejidades de Cities: Skylines, es natural que haya adquirido algunos hábitos cuestionables. En mi época de ávido constructor de ciudades y entusiasta de los simuladores de colonias, he podido obtener mucho placer al comprender cómo afectan mis elecciones de estrategia y diseño a los habitantes de mis asentamientos. Así que con Cities: Skylines 2 ofreciendo una gran cantidad de datos sobre sus diminutos ciudadanos simulados, puede apostar a que me apunto al logro «Pequeño acosador».
¿Qué? No puedo ser en serio el único que está dispuesto a husmear en los momentos más íntimos de mis ciudadanos, ¿verdad? Llámenme friki si quieren, pero espiar a mis ciudadanos de Cities: Skylines (también conocidos como Cims) es una afición superfascinante.
El poder del pueblo
(Crédito de la imagen: Paradox)BIG PICTURE
(Crédito de la imagen: Paradox)
Cities: Skylines 2 se lanzará con algunas grandes características que el anterior constructor de ciudades vendía como DLC
Como tal, son realmente las historias emergentes que surgen de los diseños de mis ciudades las que más satisfacción me dan cuando juego a un constructor de ciudades o a un simulador de colonias. Creo que adquirí la costumbre de nombrar las carreteras y las granjas con los nombres de los primeros colonos de la ciudad en los juegos de City Planner, y es algo que se me ha quedado grabado a lo largo de los años: esta idea de que los colonos tienen un legado floreciente que crece junto con la ciudad hace que el juego sea aún más gratificante.
Lo que se echa en falta en el Cities: Skylines original, sin embargo, es la posibilidad de no perder de vista a personajes concretos; una vez que se hace clic sobre ellos, su historia termina de hecho, a menos que recuerde dónde viven y se moleste en volver para ver cómo están.
Es más fácil cuando juegas a un simulador de colonias como Rimworld, por ejemplo, ya que tus colonos son limitados y sabes exactamente dónde duerme cada uno. Los personajes también están mucho más desarrollados, lo que hace que merezca más la pena volver para ver cómo les va. Y puesto que es probable que su infelicidad también afecte negativamente a tus otros colonos, es una variable útil a tener en cuenta.
Aunque a Cities: Skylines siempre le ha faltado un poco en el departamento de personalidades de los Cim, eso no me impide inventarme pequeñas historias sobre ese gilipollas que casi atropella al perro de alguien en un cruce de caminos, o sobre algún niño mayor que se queda inocentemente en un parque infantil… sin niño.
En cuanto a los Cims en Cities: Skylines 2, sin embargo -que los desarrolladores anunciaron en una reciente entrada de blog-, no sólo vivirán vidas mucho más profundas y complejas, sino que también hay una nueva herramienta llamada Diario de Trayectoria Vital. Parece que va a acabar siendo superútil para llevar un registro de la vida de los ciudadanos y comprender sus necesidades. No sólo podrá comprobar su bienestar (es decir, su nivel de «Felicidad»), sino que también podrá asegurarse de no perderse ni un detalle siguiendo su feed de Chirper.
Podrá verlos «graduarse en un colegio, encontrar pareja, conseguir un nuevo trabajo y mudarse a un nuevo hogar», dice el diario del desarrollador. Además, todos los hogares tienen ingresos, gastos y recursos que equilibrar. Como se indica en una entrada anterior del diario de desarrollo, «los hogares salen de compras cuando la IA detecta que carecen de recursos. A continuación, comprueba los miembros del hogar y sus preferencias de productos y elige un producto en función de las ponderaciones de las preferencias». Así que asegurarse de que sus ciudadanos tienen acceso al tipo de bienes que necesitan va a ser muy importante para que su ciudad siga funcionando.
(Crédito de la imagen: Paradox)
«Estoy deseando utilizar el diario de ruta vital para contar historias intensas. El tipo de historias que contaré a mis nietos como si realmente hubieran sucedido».
Y lo que es aún más sorprendente, la falta de vivienda es una estadística totalmente nueva que tendrá que vigilar para que todo funcione a la perfección. «Si el hogar es muy pobre y no puede encontrar un nuevo apartamento y carece de fondos para abandonar la ciudad, se convierte en un sin techo. En este caso, puede vivir en los parques de la ciudad hasta que cambie su situación vital».
Se trata de otro nivel de simulación y parece que tiene el potencial de situar realmente a los ciudadanos en el centro de la experiencia de construcción de la ciudad. En lugar de sentirse distanciado de sus colonos, podrá acercarse de verdad. Meter las narices en sus asuntos como el intrusivamente benévolo alcalde del Estado de vigilancia.
Con herramientas como ésta, podré seguir el viaje de mis colonos desde la alegría de mudarse a su nuevo lugar, hasta conseguir ese trabajo por el que han estado trabajando, pasando por ser testigo de su reacción cuando los ríos se conviertan en aguas residuales y se desate el infierno cuando tropiece con el logro «Las cosas no van bien», algo que se desbloquea cuando se sufre una plaga de ratas. Con la «trayectoria vital» de cada ciudadano prometiendo una cornucopia de combustible narrativo, puede apostar a que voy a pasar mucho tiempo acechando a mis Cims. Por supuesto, voy a trastear para ver lo horribles que puedo hacerles las cosas, pero lo haré con amor piadoso en el corazón. Amor por la trama, como mínimo.
Estoy deseando utilizar el diario de vida para contar algunas historias intensas. El tipo de historias que contaré a mis nietos como si hubieran sucedido de verdad, junto a relatos de lucha contra dragones y aventuras de capa y espada en D&D.
Me hace especial ilusión gravar en exceso a los ricos hasta dejarlos sin hogar, sólo para reírme un rato.
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