No es difícil saber por qué, pero si hubiera que convertir a cualquier Pokémon en detective, elegiríamos a Pikachu. Es la mascota de la marca, tan reconocible como Mickey Mouse y no es ajeno a la personificación. Pasó 25 años como el mejor amigo de Ash Ketchum, así que cuando llegó el momento de realizar un trabajo de procedimiento policial (y ser doblado por Ryan Reynolds en una adaptación cinematográfica de gran éxito), Pikachu estaba listo para el ascenso. Y ahora, con Detective Pikachu Returns, ha vuelto para tragar café y resolver poke-crímenes.
Pero incluso aparte del hecho de que Pikachu es el Pokémon que suena menos aterrador cuando se le conceden los poderes del habla humana, es una criatura que tiene la capacidad de pensamiento crítico y la aptitud biológica necesarias para el trabajo. Si se reúnen las entradas de su Pokedex de las últimas nueve generaciones de juegos, Pikachu se convierte esencialmente en un personaje de Raymond Chandler.
Y es igual de duro cuando se trata de su afinidad por el café – una pequeña cantidad de café probablemente no dañaría a un animal del tamaño de Pikachu, pero la cantidad que este monstruo engulle sería altamente tóxica para la mayoría de los peludos del planeta. Pero Pikachu tiene un estómago resistente, y eso se necesita cuando se está en el caso.
Pégate un bote fresco
(Crédito de la imagen: The Pokemon Company)¿QUÉ NOS PARECE?
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Crítica de Detective Pikachu Returns: «Una experiencia a veces encantadora, a menudo mediocre»
Pikachu también es muy consciente del mundo que le rodea. En Pokemon Amarillo, leemos que «mantiene la cola levantada para vigilar su entorno». Esto indica que tiene la cabeza despejada y reconoce su entorno. Eso no es muy distinto de lo que ocurre con muchos mamíferos escurridizos de los bosques, pero contaría más si estuviera escarbando en las entrañas de lugares como el subsuelo de Ciudad Vara Dorada. También es la razón por la que no vemos a un Teniente Slowpoke o a un Alguacil Slakoth.
Sin embargo, Pikachu tiene mucho más que un simple instinto animal. Su descripción en Pokemon Oro dice que «este Pokemon inteligente tuesta bayas duras con electricidad para hacerlas lo bastante tiernas como para comérselas». Teniendo en cuenta que gran parte de Oro y Plata se basa en aprender qué son las bayas y que los Pokemon pueden comerlas de verdad, Pikachu va muy por delante. ¿Pikachu las está cocinando y nosotros se las estamos metiendo crudas por la garganta a nuestros Pokemons? Realmente pone en duda quién debería entrenar a quién.
Sobre todo porque, a todas luces, Pikachu tiene una inteligencia equivalente a la de un humano, o al menos a la de una forma primitiva de la humanidad. No sabemos exactamente cuándo aprendieron los primeros humanos a cocinar los alimentos (algunos investigadores afirman que fue hace nada menos que dos millones de años, mientras que otras estimaciones rondan los 780.000 años). Pero esto significa que la inteligencia básica de un Pikachu, incluso sin centrarse en la investigación, lo sitúa en torno a la inteligencia para resolver problemas y crear herramientas del Homo erectus.
Es una criatura muy precavida (Pokemon Rubí nos informa de que, «siempre que Pikachu se topa con algo nuevo, lo fulmina con una descarga eléctrica»), y que trabaja bien con los demás (la entrada de Pokemon Platino es perfecta para un equipo de detectives: «De vez en cuando utiliza una descarga eléctrica para recargar a un compañero Pikachu que se encuentre en un estado debilitado»). No es un salto demasiado grande hacerse a la idea de que Pikachu trabajaría con un humano para resolver los misterios que pudieran encontrar. O al menos no nos dejaría morir en la calle si nos hiciéramos daño.
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«Esto significa que, por encima de todo, Pikachu es capaz de compartir un interés empático con sus compañeros humanos; no es un simple Pokemon que olfatea un rastro, sino uno que realmente se preocupa por la misión».
Las relaciones de Pikachu con los humanos y entre ellos están llenas de las mismas tradiciones comunitarias y sentimentales que nosotros. En Pokemon Shield, aprendemos que «cuando los Pikachu se encuentran, se tocan la cola e intercambian electricidad a través de ella como forma de saludo». Y luego, cuando lleva la gorra de su compañero en muchos juegos posteriores, entendemos que está «llena de recuerdos… de haber viajado juntos por montones de regiones diferentes» y es «una prueba del fuerte vínculo que Pikachu y su compañero formaron».
Esto significa que, por encima de todo, Pikachu es capaz de compartir un interés empático con sus compañeros humanos; no es un simple Pokemon que olfatea un rastro, sino uno que realmente se preocupa por la misión. Cuando contratas a Pikachu por alguna razón, en lugar de, ya sabes, a un humano real, sabes que estás consiguiendo lo mejor. Le seguirán todo el tiempo que haga falta, o al menos todo el tiempo que esté dispuesto a pagar por horas.
Cuando unes todo esto, obtienes un Pokemon que es adecuado tanto para ser embajador de su propia especie como para trabajar con humanos para llegar al fondo de una investigación. Debería inspirarnos para encontrar más papeles para los Pokemon en su sociedad, unos que vayan más allá de las «tareas domésticas» y las «peleas vagamente preocupantes entre niños de 10 años». Porque Pikachu no es sólo un gran detective para un Pokemon, sino un detective condenadamente bueno por derecho propio.
Deberíamos sentirnos honrados cuando acepta llevar nuestro caso.
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