¿Cómo se enfrenta al FOMO? Es un pequeño y divertido fenómeno, el miedo a perderse algo, y puede golpearnos a lo grande cuando se aplica a los videojuegos más recientes y más sonados. Casi todas las personas que conozco que tienen una Xbox Serie X o S, o acceso a un PC de gama alta, están jugando a Starfield, mientras todos los demás fingen que, en realidad, no les preocupa tanto. Cuando, en realidad, lo único que desean es zambullirse de cabeza en el RPG de Bethesda de saltos planetarios y navegación de repuesto.
Si ha leído nuestro análisis de Starfield, sabrá que nuestro redactor considera que es lo mejor que ha hecho Bethesda desde Oblivion. Y aunque es posible que los jugadores de PS5 no tengan la oportunidad de experimentarlo en algún momento, si usted lleva un PC potenciado con patatas, creo que sus días en el espacio profundo están contados antes incluso de que hayan despegado. Lo que quizá te venga mejor es Fort Knox, un mod de Skyrim hecho por jugadores que cuenta con 200 interiores y 400 PNJ, convirtiendo Tamriel en un paisaje de ciencia ficción tecnofuturista en el proceso, con todos los adornos familiares de los juegos nuevos y viejos de Bethesda.
El espacio
(Crédito de la imagen: Bethesda; Ripcat)Tiro a la luna
(Crédito de la imagen: Bethesda Game Studios)
Starfield parece una oportunidad perdida para que Bethesda se reinvente.
Lanzado por primera vez en Nexus Mods el año pasado, Fort Knox no está lejos de las 17.000 descargas actuales, y su creador, Ripcat, lo presenta como una aventura de aficionado inspirada en los respectivos proyectos Aether Suite y Mod Resources de sus compañeros modders Halo y Sin. Repartidas en siete localizaciones principales diferentes inspiradas en la ciencia ficción y el cyberpunk, el Fort Knox titular consta de cinco: Accord Plaza, el centro de la ciudad, la zona industrial, el parque Yanabayashi y el lago Athabasca. Un corto trayecto en lanzadera o en taxi lleva a la isla Octo8, que alberga un pueblo residencial, y a un denominado «campamento hippie» llamado B-Salt Cove.
A lo largo de los 200 interiores del mod, puede esperar visitar bares, clubes nocturnos, restaurantes, almacenes generales, bibliotecas, comisarías de policía, hospitales, fábricas, bancos y mucho más; con una amplia oferta de vendedores de bebidas, drogas, armas, ropa, accesorios y minimotos. El propio Fort Knox está supervisado por una tríada de nefastas corporaciones (una empresa de comunicaciones llamada Netwerx, un fabricante de IA y robots llamado Psijic Industries y una empresa de biotecnología llamada Arclite Technology), y las calles de la ciudad están repletas de 400 PNJ adaptados al contexto, tanto humanos como robóticos (con un puñado de PNJ hechos a medida), estos últimos en siete variedades diferentes.
Todo ello es mucho que asimilar. Puede encontrar más información sobre las minucias de lo que hace funcionar el Fort Knox de Ripcat en la página Nexus Mods del proyecto, pero en la práctica el mod ofrece un mundo genial para explorar y descubrir que transforma totalmente su material de origen hasta hacerlo irreconocible. Tras pasar de las ondulantes llanuras de Skyrim a la ciudad cibernética epónima, me encontré rápidamente husmeando por callejones adornados con grafitis, áticos de lujo y oscuros y cochambrosos gimnasios de boxeo a puño limpio. En estos últimos, perfeccioné mis patadas altas y mis combos cruzados con el conjunto de movimientos cuerpo a cuerpo del mod, antes de entrar en un bar tranquilo y, sin querer, recibir consejos sobre dónde conseguir drogas (descritas como «cosas humeantes», lo que no era ni mucho menos el código callejero de doble sentido de The Wire).
(Crédito de la imagen: Bethesda; Ripcat)
«Los altísimos edificios del mundo y los carteles de neón confieren a cada espacio una opresividad adictiva, en la que parece que te vigilan a cada paso. Los fundamentos narrativos de Fort Knox sugieren que sí».
Más tarde, conocí a un perrito robot llamado Dogbot que era mono pero un poco brusco, cabreé a un traficante callejero por hacer demasiadas preguntas sobre política de vigilancia, pagué 200 libras a un hombre bufón para convertirme en miembro del Red Robin Lounge dentro del cual fui yo quien entretuvo a la multitud con un baile de barra sorprendentemente elegante, y luego me emborraché humeante en la barra mientras escuchaba a la camarera aclamar a su amado equipo de baloncesto Fort Knox Sparks. En resumen, fue una noche bastante decente.
Que es exactamente donde brilla el proyecto Fort Knox de Ripcat. Es un lugar agradable para descubrir, para conversar con sus lugareños y andar de puntillas por sus rincones más oscuros. Todo el mundo tiene una historia que contar y una opinión que compartir sobre lo que está bien y lo que está mal dentro de los aislantes límites de su ciudad natal. Al típico estilo ciberpunk, los altísimos edificios del mundo y las vallas publicitarias de neón confieren a cada espacio una opresividad adictiva, en la que da la sensación de estar siendo observado a cada paso. Los fundamentos narrativos de Fort Knox sugieren que lo está, algo que queda subrayado por la sensación invisible pero omnipresente de pavor y miseria de la ciudad.
Y sin embargo, justo cuando empiezas a sentirte agobiado por la desesperación de la ciudad, recuerdas que en algún lugar, de algún modo, Fort Knox se alza sobre los hombros de Skyrim. Eso en sí mismo es razón suficiente para visitarlo – y si suspira por algo de Bethesda en el espacio de la ciencia ficción, pero por la razón que sea no puede visitar Starfield, podría hacerlo mucho peor que Fort Knox. Es un mod de conversión total hermoso, bien elaborado y bien pensado, cuyos temas sobre el estado profundo son tan reflexivos como sugerentes. Pero manténgase alejado de los discursos políticos con traficantes de drogas, ¿sí?