¿Soy yo o ésta es la mejor época de la animación?

Para muchos, la Época Dorada de Disney (1937-42) sigue siendo la cúspide de la animación cinematográfica. Compuesta por un quinteto de clásicos casi sin parangón – Blancanieves y los siete enanitos, Pinocho, Fantasía, Dumbo y el eterno desgarrador Bambi – es una carrera deslumbrante que hizo mucho por definir el medio durante generaciones.

Y aunque la Casa del Ratón ha disfrutado desde entonces de otros periodos de brillantez creativa -en particular de 1989 a 1999 (La Sirenita, La Bella y la Bestia, El Rey León, etc.)-, esa primera época ha sido durante mucho tiempo el punto de referencia. Hasta ahora.

En los últimos años se ha producido un bochorno de riquezas. Ampliando, redefiniendo y subvirtiendo la forma de la misma manera que lo hicieron los movimientos realistas de Blancanieves en el 37, películas como Spider-Man: Into/Across the Spider-Verse, Wolfwalkers y Pinocho de Guillermo del Toro han hecho avanzar la animación de diferentes maneras.

En primer lugar, están las variaciones estéticas: ya sea animación celular, CGI, stop-motion o una mezcla de todas ellas, la pluralidad de estilos es increíblemente vibrante. Pero lo que también resulta emocionante es la variedad de voces que se muestran. En lugar del mundo mayoritariamente blanco, patriarcal y heteronormativo del tío Walt, el panorama actual incluye obras maestras de personas de toda condición.

Algunos de los trabajos más estimulantes de los últimos 10 años proceden de estudios como Laika (Coraline, Kubo y las dos cuerdas) y Cartoon Saloon (El secreto de Kells, La canción del mar), que han ido remodelando silenciosamente el panorama a su imagen y semejanza y poniendo en primer plano historias culturalmente específicas.

Eso no quiere decir que la diversidad no estuviera presente antes -el gigante japonés Studio Ghibli tiene un canon de clásicos que se remonta a mediados de los años 80 (Mi vecino Totoro, etc.)-, pero la accesibilidad actual de los diferentes tipos de animación, y el ritmo al que se siguen haciendo obras maestras modernas, no tiene parangón.

Así que sí, Disney sigue siendo una fuerza importante en la animación, pero a medida que el mundo avanza, ahora estamos posiblemente en la mejor era de la animación hasta la fecha, la convergencia perfecta de estilo, forma y contenido. ¿O soy sólo yo?

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Frenk Rodriguez
Frenk Rodriguez
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