En retrospectiva, resulta a la vez desconcertante y divertido que Kevin Feige decidiera basar el futuro del Universo Cinematográfico Marvel en Ant-Man 3. Mientras que la rotundamente popular Sin regreso a casa marcó la introducción oficial de la Saga del Multiverso de Marvel -utilizándola como una oportunidad para unir a tres queridos Peter Park-, fue Quantumania la que estrenó al sustituto de Thanos. O, para ser más exactos, sustitutos.
Y no se equivoquen, esta iba a ser la era de Kang: como figura definitoria de la siguiente etapa de la aventura, la Fase 6 de Marvel estaba preparada para girar sobre su eje. Al menos, ése era el plan.
Ahora, el actor Jonathan Majors ha sido descartado por Marvel, poniendo en entredicho el futuro del MCU. Pero incluso antes de esto, había dudas. Desde el lanzamiento de Ant-Man 3, un desagradable cóctel de rendimientos decrecientes en taquilla y caos entre bastidores ha convertido en polvo el gran plan de Feige.
Ant-Man 3 no fue la causa de este declive, necesariamente, sino un síntoma del mismo. Sirviendo sólo como engranaje dentro de una narrativa mayor, y vista junto a Guardianes de la Galaxia Vol. 3, Across the Spider-Verse de Sony y The Marvels, es cómodamente la película de Marvel más denostada de 2023. Pero no tenía por qué serlo. En medio de todo el fango, contiene la idea más prometedora y fascinante de Marvel en años.
Potencial desperdiciado
(Crédito de la imagen: Marvel Studios)
Enterrada en una línea desechable hacia el principio de la película, antes de que se haya producido ninguna Quantumanía, Cassie Lang discute con su padre sobre su reciente arresto por interferir con unos policías que molestaban a la población sin hogar de la ciudad. «¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Mirar hacia otro lado?», le pregunta a Scott, indignada por su actitud de «métete en tus asuntos». «Estaban desalojando un campamento de sin techo en mitad de la noche. ¿Y adónde esperan que vayan? No es culpa suya que hayan perdido sus casas en el estallido. Nadie puede ni siquiera permitirse un alquiler ahora mismo, a menos que seas un gilipollas con fondos fiduciarios».
Es una pequeña sacudida de electricidad antes de que la película vuelva a su sopor: un tentador hilo de potencial desperdiciado. Esto podría haber sido el signo de una franquicia genuinamente interesada en asumir sus propias consecuencias, e interesada en construir un universo tangible a través de una construcción del mundo reflexiva. Por un breve momento, el MCU se pregunta: ¿cuáles serían realmente las repercusiones si la mitad de la población desapareciera y reapareciera años después?
Por supuesto, El Halcón y El Soldado de Invierno también reflexionaron sobre ello, a su manera poco entusiasta. Pero, la segunda (y en gran parte olvidada) serie de Disney Plus Marvel sólo utiliza el caos provocado por las acciones de Thanos como telón de fondo periférico de la verdadera historia que se cuenta. No es suficiente, y Feige no debería olvidar lo que significa la «C» de «MCU».
Así que, tal vez, en lugar de viajar al Reino Cuántico, Scott y compañía podrían haber tenido una aventura más aterrizada. Podrían haber luchado con el impacto social del bache, combatiendo a los inevitables buitres humanos que buscan explotar la tragedia por codicia. ¿A quién beneficia el aumento del precio de los alquileres? ¿Cómo es la vida de los que se han encontrado de repente devueltos a la realidad, y sin hogar? ¿Por qué nuestros superhéroes no se interesan por ayudarles? Deja suficientes preguntas sin respuesta como para llenar fácilmente toda una película o, más ambiciosamente, toda una Fase.
Consecuencias humanas
(Crédito de la imagen: Marvel Studios)
Pero la intención del diálogo no es explorar esto. Es taquigrafía para establecer la fricción entre Cassie y Scott; para mostrar su proteccionismo sobre ella, y su culpabilidad residual de que ella se viera obligada a crecer sin un padre debido a sus actividades extracurriculares de superhéroe. Tiene éxito en ese sentido, sí, pero también es increíblemente frustrante, ya que nos quedamos con la perspectiva de la idea más interesante de Marvel en mucho tiempo, para siempre incumplida. En lugar de comprometerse con sus propias ideas, Ant-Man 3 insiste en servir una pseudoextrañeza superficial diseñada para enmascarar su banalidad, y nos ordena: «Olvídense de la crisis de los alquileres y de la epidemia de los sin techo que hemos mencionado antes. ¡Disfruten de la Quantumanía!».
La verdad es, sin embargo, que las consecuencias del parpadeo son un villano más convincente que Kang, ciertamente en la estela inmediata de la gran salida de Thanos. Tal vez, una versión más paciente del MCU (que probablemente existe, en algún lugar ahí fuera en el Multiverso) se centró en esto durante un tiempo, permitiendo un respiro antes de precipitarse hacia su próximo gran malo.
Exista o no la «fatiga del superhéroe» (y las pruebas apuntan cada vez más a la idea de que sí), es posible que un enfoque más fundamentado del futuro del MCU -construyendo más lentamente hacia otro clímax épico- podría haber ayudado a mantener la inversión del público, continuando la historia de Thanos examinando el desastroso impacto de sus acciones.
En lugar de eso, lo único que nos dice el MCU al abandonar las consecuencias del estallido es que no le preocupa tomarse en serio a sí mismo. ¿Qué otra explicación hay, cuando nos da un acontecimiento tan cataclísmico, nos dice lo cataclísmico que es, y luego lo ignora y señala vagamente hacia el Multiverso en su lugar?
Hay multitud de lecciones que la Marvel de Feige necesita aprender tras 2023 (su año más difícil hasta la fecha) para volver a pisar terreno más firme. A medida que Marvel se compromete a hacer añicos la realidad tal y como la conocemos, la noción de que esta franquicia no puede simplemente pasar por alto las implicaciones de su propia narrativa es importante si el MCU quiere tener alguna posibilidad seria de volver a cautivar la imaginación del público.
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