Like a Dragon: Infinite Wealth es uno de los JRPG más ridículos que he jugado nunca

Like a Dragon: Infinite Wealth es un generador de caos. ¿En qué otro lugar podría convocar a un par de crustáceos a una pelea de bar, despachando a policías corruptos con la devastadora rutina de Pandemónium de pinzas? O aprender una nueva clase de combate haciéndose amigo de ese delfín que se encuentra después de darse un chapuzón en el océano. Tal vez se tome un descanso de la crujiente trama, centrada en la importancia de los amigos y la familia en la encrucijada de la vida y la muerte, para salir por la ciudad: un poco de karaoke por aquí, un poco de reparto de comida rápida por allá. Un anciano que viaja en tranvía le enseñará el arte secreto de hacer fotos a todos los enfermos locales. Infinite Wealth es un JRPG verdaderamente ridículo.

También es un choque cultural. Diga lo que quiera de la serie Yakuza, pero explorar la densa periferia de Kamurocho siempre ha sido un punto culminante. El estudio desarrollador Ryu Ga Gotoku hace un trabajo fantástico potenciando un sentido de legitimidad en su mundo más grande que la vida, infundiéndole un sentido de carácter y personalidad tan raramente visto fuera de esta franquicia. Like a Dragon: Infinite Wealth da un gran giro al elegir celebrar su cambio de guardia -entre el protagonista Ichiban Kasuga y un Kazuma Kiryu que se retira- en las superfrías calles de Hawai.

Bienvenido al paraíso

Captura de pantalla de Like a Dragon: Infinite Wealth

(Crédito de la imagen: Sega)

Infinite Wealth representa la primera vez que la serie se atreve a salir de las costas de Japón, y es un cambio impactante. Se percibe de inmediato al ver el paisaje urbano más corto y a los ciudadanos empapados de sol, muchos de los cuales empiezan a correr para ponerse a cubierto en cuanto la lluvia empieza a caer sobre una playa de arena cercana: ha llegado el tiempo dinámico, y a la gente que reside en este barrio no le gusta ni un pelo. Tampoco les gustan los matones callejeros y los malhechores que lo patrullan con facilidad, arrastrando a Kasuga y a su cohorte a batallas por turnos que se repiten.

El combate sigue siendo bastante rudimentario, pero eso no quiere decir que Ryu Ga Gotoku no haya limado algunos de los bordes más afilados. Al tomar el control de un miembro del grupo, ahora es posible moverlo dentro de un pequeño círculo, lo que me ha dado la oportunidad de alinear manualmente a un personaje con un objeto del escenario para lanzarlo contra un enemigo, o acercarme a uno de mis compañeros para desatar simpáticos ataques combinados. Cada vez que Ichiban y Chitose unían sus manos para abrirse paso bailando un vals entre una procesión de pandilleros, no podía evitar esbozar una sonrisa. Tomizawa tiene esta habilidad «Esencia de abrocharse el cinturón» en la que, literalmente, sienta a un enemigo en el asiento trasero de su taxi antes de abofetearlo por el interior mediante una conducción errática. Yakuza: Like a Dragon contaba con elementos de este tipo, pero todo parece un poco más grande que la vida -más grandioso e innegablemente tonto- a lo largo de mi tiempo con Infinite Wealth.

Lee mas  El sistema Kameo de Mortal Kombat 1 reinventa la serie para una nueva generación de luchadores

Kazuma Kiryu es capaz de liberarse del ciclo basado en turnos una vez que su medidor de Calor está al máximo, lo que le permite desatar una ráfaga de ataques basados en combos más acordes con los juegos Yakuza originales. Los trabajos y estilos de lucha que se ven en todos los personajes parecen mucho más amplios. La cadencia de las batallas un poco más ajustada. Todo ello hace que Infinite Wealth parezca un poco más dinámico y, desde luego, más expresivo. Que pueda lograrlo sin diluir la pura estupidez de todo ello es impresionante. Deambular por este mundo, aunque sólo sea durante 30 minutos, es un ejercicio gozoso.

Imagen 1 de 3(Crédito de la imagen: Sega)(Crédito de la imagen: Sega)(Crédito de la imagen: Sega)

Aún queda mucho por ver de Like a Dragon: Infinite Wealth. Se espera que Hawái no sea el único escenario, ya que se prevén viajes de ida y vuelta a Isezakichō y Yokohama. Queda por saber hasta qué punto el sistema de trabajos ampliará las oportunidades de combate, y si Ryu Ga Gotoku tendrá el ingenio suficiente para generar el caos necesario para abarcarlo todo. Y qué tan bien se mezclará todo esto con los matices más tristes que recorren la espina dorsal de la experiencia; Ichiban Kasuga en busca de su familia, y Kazuma Kiryu lidiando con una enfermedad terminal.

Pasan muchas cosas en Infinite Wealth, y estoy deseando ver más. Pero a pesar de toda su tontería y humor, lo que más se me ha quedado grabado es su amabilidad inherente: pavonearse por las calles de Honolulu, pulsar un botón para entablar amistad con extraños al azar, escuchar a tus amigos hablar de esto y aquello. Like a Dragon: Infinite Wealth es un juego ruidoso, pero también comprende de forma inherente la catarsis que supone dedicar algo de tiempo a aquellos que se ven arrastrados gravitacionalmente a la órbita de tu vida, y eso me gusta mucho de él.

Like a Dragon: Infinite Wealth se lanzará el 26 de enero de 2024 para PC, PS5, PS4, Xbox Series X y Xbox One. Mientras espera, ¿por qué no volver a uno de los mejores juegos de Yakuza?

Frenk Rodriguez
Frenk Rodriguez
Hola, me llamo Frenk Rodríguez. Soy un escritor experimentado con una gran capacidad para comunicar de forma clara y eficaz a través de mis escritos. Tengo un profundo conocimiento de la industria del juego y me mantengo al día de las últimas tendencias y tecnologías. Soy detallista y capaz de analizar y evaluar juegos con precisión, y afronto mi trabajo con objetividad e imparcialidad. También aporto una perspectiva creativa e innovadora a mis escritos y análisis, lo que contribuye a que mis guías y reseñas resulten atractivas e interesantes para los lectores. En general, estas cualidades me han permitido convertirme en una fuente de información y conocimientos fiable y de confianza en el sector de los videojuegos.