Sí, el nombre del juego va a ser realmente Death Stranding 2: On the Beach. Obviamente, ese subtítulo es una alusión a la Playa literal que aparece a lo largo del primer juego como una especie de limbo entre los mundos de los vivos y los muertos, pero esa no es la única referencia. Dado el amor del director Hideo Kojima por el cine -y su igual afición a meter guiños cinematográficos no tan sutiles en sus juegos-, es imposible ignorar la conexión con el clásico de Hollywood de 1959 On the Beach.
Una cosa es segura: Kojima es un gran fan de On the Beach. Tuiteó sobre la película varias veces en 2023, diciendo: «También me encanta la historia original de Nevil Shute. También me encanta la película On the Beach dirigida por Stanley Kramer». También tuiteó algunas imágenes del lanzamiento japonés del Blu-ray de la película, diciendo «esta noche, volveré a ver mi favorita».
Kojima tuitea sobre muchas películas, así que esas referencias a On the Beach no parecían algo demasiado notable para los fans de los juegos del director. Eso, por supuesto, hasta que el mundo se enteró de que Death Stranding 2 llevaría ese nombre como subtítulo. Entonces, ¿de qué trata esta película y cómo podría conectar con la historia de Death Stranding 2?
En la playa
(Crédito de la imagen: Kojima Productions)
Advertencia sobre el contenido: On the Beach incluye varias escenas que implican el suicidio, y en este artículo se hará referencia a ellas.
On the Beach es una adaptación de 1959 de una novela de 1957, y el contexto histórico de aquella época es importante para entender la película. Era el apogeo de la Guerra Fría, en la que EE.UU. y la URSS estaban construyendo arsenales de armas nucleares que podrían destruir varias veces el mundo tal y como lo conocíamos, con la esperanza de que ambos bandos estuvieran demasiado asustados por las repercusiones como para llegar a utilizar esas armas. Hoy en día, esa idea constituye el trasfondo kitsch de escenarios postapocalípticos a menudo satíricos como Fallout, pero a finales de los años 50 el miedo a que el mundo pudiera acabarse con sólo apretar un botón era muy real y estaba muy presente.
El director Stanley Kramer es conocido sobre todo por trabajos que trataban seriamente temas sociales de la época. Podría decirse que su película más famosa, Adivina quién viene a cenar, mostraba positivamente el matrimonio interracial en una época en la que apenas se estaba legalizando en muchos estados de EE UU. Pero la película En la playa evita muy deliberadamente discutir la política de la situación, deteniéndose sólo brevemente a especular sobre la posibilidad de atribuir el apocalipsis a alguna persona asustada que tomó una decisión precipitada mientras miraba fijamente la pantalla de un radar, centrándose en cambio en cómo los supervivientes de la guerra nuclear pasan sus últimos meses en la Tierra.
La película se desarrolla principalmente en Melbourne, Australia, que se salvó en gran medida de cualquier destrucción directa en la guerra nuclear. Pero en el momento en que comienza la historia, cada vez está más claro que incluso los supervivientes tienen los días contados, ya que se espera que el polvo radiactivo transportado por las corrientes de aire comience a bañar Australia en sólo unos meses. Quedan dos retazos de esperanza. Una es una teoría científica que sugiere que los niveles de radiación en el hemisferio norte podrían estar disminuyendo más rápido de lo previsto, lo que significa que la nube nuclear podría dispersarse antes de cubrir completamente el planeta. El otro es un misterioso mensaje en código morse que se recibe desde algún lugar de la costa oeste de Estados Unidos.
Una misión submarina para medir los niveles de radiación muy al norte e investigar esa misteriosa señal constituye el eje central de la película, y es aquí donde tenemos la conexión más evidente con lo que hemos visto de Death Stranding 2 hasta ahora. Gran parte de la película se centra en los esfuerzos de la tripulación de un submarino por averiguar si puede haber bolsas desconocidas de humanidad ahí fuera tras el apocalipsis, o si hay esperanza de que alguien sobreviva. Basándonos en el tráiler de PlayStation State of Play de Death Stranding 2, parece que Sam, Fragile y el resto de la tripulación a bordo del DHV Magellan persiguen básicamente ese mismo objetivo: ver si hay alguien más con quien conectar fuera de las ruinas de América. La descripción de la trama en la página web oficial menciona incluso que están «en un nuevo viaje para salvar a la humanidad de la extinción».
¿Deberíamos haber conectado?
(Crédito de la imagen: Kojima Productions)
En la película, la misión para salvar a la humanidad está finalmente condenada al fracaso. El submarino llega a Alaska y la tripulación descubre que la radiación no se dispersa: sigue siendo mortal y continuará cubriendo la Tierra. El mensaje en código morse es rastreado hasta una refinería en los alrededores de San Diego, pero allí no hay supervivientes – el código estaba siendo emitido por una botella de Coca-Cola medio vacía, rebotando aleatoriamente contra un dispositivo de transmisión en una brisa oceánica.
Fiel a la realidad, la película plantea la enfermedad por radiación como una muerte lenta y dolorosa, y una vez que queda claro que no hay esperanza de supervivencia, el gobierno distribuye lo que eufemísticamente se denomina «somníferos» a quienes desean morir tranquilamente. Los momentos finales de la película siguen a un puñado de personajes centrales en su decisión de poner fin a sus vidas. Algunos toman las píldoras, otros parten hacia su tierra natal con la esperanza de morir en un lugar familiar, y otros encuentran muertes más simbólicas.
¿Podría la misión central de Death Stranding 2 acabar siendo tan sombría? A pesar de todos sus momentos sombríos y oscuras piezas de surrealismo, el juego original acabó siendo casi dolorosamente optimista sobre el poder de la conexión humana. Parece claro, por lo que hemos visto hasta ahora, que la secuela está adoptando un tono mucho más oscuro, planteando explícitamente preguntas con eslóganes como «¿deberíamos habernos conectado?». También hay un momento revelador en el nuevo tráiler en el que Higgs reprende a Sam por cambiar sus típicas herramientas de conexión por una pistola, lo que indica que incluso nuestros protagonistas podrían estar luchando con toda esa idea de conectar el mundo.
(Crédito de la imagen: Kojima Productions)
Aun así, es difícil imaginar que Death Stranding abandone por completo sus temas, en gran medida esperanzadores, y es más difícil imaginar cómo una película tan cínica como On the Beach podría servir de inspiración central para la secuela. Pero después de haber visto la película por mí mismo, no estoy seguro de que en realidad sea tan cínica. Es triste, sí -me refiero a que, literalmente, toda la raza humana muere al final-, pero gran parte de la hora final de la película está definida por instancias en las que los personajes son capaces de encontrar sentido a sus últimos momentos estableciendo conexiones con la gente que les rodea. En los días previos a la extinción de la humanidad, vemos a los personajes superando el trauma de la guerra, reconstruyendo las relaciones dañadas y forjando otras nuevas. Ese tema de la conexión enlaza sin duda con las ideas presentadas en Death Stranding.
Hay una clara diferencia en cómo aterriza On the Beach cuando se ve la película en lugar de limitarse a leer un resumen del argumento, pero, por desgracia, el resumen del argumento es la forma en que la inmensa mayoría de los curiosos aficionados a Death Stranding van a experimentarlo. La película no está disponible en ningún servicio actual de streaming o alquiler digital que yo haya podido encontrar, e incluso las copias en DVD y Blu-ray parecen estar agotadas desde hace tiempo. Es una lástima, porque incluso más allá de la conexión con un videojuego de éxito moderno, sigue siendo una película que golpea fuerte 64 años después de su estreno.
Hideo Kojima parece estar trabajando en 3 juegos en estos momentos: Death Stranding 2, OD y el «juego de acción y espionaje» con PlayStation.