No hay nada mejor que tener compañeros a tu lado en los RPG. Además de ser útiles en un combate, los miembros del grupo pueden aportar mucha más profundidad y corazón a la experiencia general. A menudo es a través de su visión del mundo, sus motivaciones y sus historias personales como se obtiene una visión más profunda del entorno en el que nos encontramos, y pueden insuflar mucha vida a nuestro viaje mientras nos enfrentamos juntos a cualquier cantidad de peligros. En definitiva, es la razón por la que me ha encantado pasar tanto tiempo en Baldur’s Gate 3.
El RPG de Larian alberga un elenco de personajes que se unen a ti en tu búsqueda por la Costa de la Espada. Llegar a conocerlos como Tav a lo largo de varias partidas ha sido uno de los mejores momentos de mi año de juego, y como tal me siento más unido a los personajes de Baldur’s Gate 3 en comparación con casi cualquier otro RPG al que haya jugado. Eso es gracias a los Orígenes, porque no sólo puedes experimentar sus historias personales desarrollando un vínculo con ellos, sino que puedes realmente jugar a rol como ellos.
Personalmente, es la primera vez que experimento un juego que me permite rolear como los propios compañeros que he llegado a conocer como personaje personalizado. Esto no sólo te da la oportunidad única de experimentar la historia y el mundo desde su perspectiva, sino que además vives su historia personal de primera mano. Aún no he jugado al anterior RPG de Larian, Divinity Original Sin 2, pero oír que también cuenta con personajes de Origin no hace sino aumentar mis ganas de probarlo.
Perspectivas cambiantes
(Crédito de la imagen: Larian Studios)
Desde que empecé a jugar a Baldur’s Gate 3, no he podido dejar de pensar en las muchas formas en que Larian te permite experimentar la Costa de la Espada. Desde las diferentes clases, razas, subrazas y trasfondos, la forma en que construyes tu personaje personalizado alimenta la forma en que puedes interactuar con el mundo y cómo reacciona ante ti. Lo mismo puede decirse de los personajes de Orígenes, todos ellos con diferentes clases, builds y trasfondos asignados. Pero son sus historias personales las que hacen que una carrera en su piel sea tan única.
Corazón en llamas
(Crédito de la imagen: Larian Studios)
La angustia de Karlach en Baldur’s Gate 3 hablaba directamente de mi propio aislamiento, y me pilló totalmente desprevenido.
Sigues siendo impulsado a través de la aventura por el renacuajo que se ha metido en tu cerebro, pero cada personaje tiene su propia misión que cumplir, con sus propias motivaciones personales que le hacen avanzar. Claro que puedes ayudar a tus compañeros en sus misiones personales como Tav, pero vivir esas misiones como ellos cambia la perspectiva y te ofrece un tipo diferente de experiencia de juego de rol. Aunque las historias de los miembros del grupo pueden tener distintos desenlaces en función de lo que elija como Tav, la forma en que cada miembro del elenco navega por la aventura con usted está bastante guionizada. Pero, cuando juegas en su lugar, tienes la oportunidad de moldear y adaptar su viaje de una forma que de otro modo no podrías.
Además, jugar como un personaje que he llegado a conocer como mi propio personaje personalizado cambia mi forma de rolear. Intento tomar mis decisiones basándome en lo que creo que probablemente harían en un escenario determinado, y baso mis respuestas de diálogo en lo que mejor encaja con su personalidad. También es simplemente divertido interactuar con el resto del reparto como un miembro del grupo al que has llegado a conocer y querer como compañero.
Juego de rol
(Crédito de la imagen: Larian Studios)
Me encanta cómo jugar como Astarion, por ejemplo, me deja decidir si debo decir a mis compañeros que soy un vampiro. En una ocasión, no pude evitar preguntarme cómo reaccionaría Shadowheart si utilizara el ataque mordisco contra ella antes de que supiera que soy un engendro. Naturalmente, no se lo tomó bien, y se desencadenó un enfrentamiento que nunca verías si no estuvieras jugando realmente como Astarion.
Esto es uno de los mejores aspectos de Baldur’s Gate 3: es imposible verlo todo en una sola partida, hay tanto por descubrir, y los recorridos de Origen albergan mucho. Ya se trate de líneas de diálogo únicas, interacciones, sucesos o encuentros vinculados a un personaje en particular, jugar a través de los orígenes se siente como si levantara aún más la tapa sobre los compañeros que he llegado a conocer como Tav, así como la propia Costa de la Espada.
Baldur’s Gate 3 alberga un sinfín de posibilidades, con mucha libertad y opciones para adaptar tu experiencia. Pero una de las grandes alegrías de dejarse llevar por la Costa de la Espada es lo eficazmente que hace que te preocupes por los personajes que viajan contigo. No puedo evitar preguntarme cómo habrían sido otros juegos de rol si hubiera podido jugar como uno del elenco que llegué a conocer tan bien. Aporta algo más a la mesa que no había experimentado antes, y mejor que creas que voy a coger Divinity Original Sin 2 gracias a ello. Aunque puede que no funcione en todas las aventuras, me encantaría que más juegos del género jugaran con esta idea en el futuro.
En mi segunda partida de bardo, he convertido Baldur’s Gate 3 en un musical en toda regla.