A finales del año pasado, escribí sobre el redescubrimiento de un juego de rol para consola de 33 años de antigüedad que me pasé un año alquilando en Blockbuster Video después de que prometiera (con optimismo) 300 horas de juego. En efecto, Sword of Vermillion -el juego de rol de Sega Mega Drive/Genesis de 1992- me había eludido durante años simplemente porque no recordaba su nombre. Había invertido docenas de horas en un juego que estaba años por delante de sus competidores y, sin embargo, fue el paso del tiempo lo que permitió que se escapara de mi memoria durante más de tres décadas.
Hoy vuelvo con una revelación personal similar, pero en lugar de redescubrir un juego cuyo título había olvidado por completo, estoy aquí para ensalzar las virtudes de un juego que una vez me encantó pero que simplemente había olvidado que existía: The Legend of Dragoon.
Legendario
(Crédito de la imagen: Japan Studio)El horror
(Crédito de la imagen: Capcom)
21 años después, el mejor spin-off de Resident Evil sigue siendo el más infravalorado.
Quienes conozcan el clásico de rol de Japan Studios se preguntarán cómo es posible que lo haya olvidado. The Legend of Dragoon ha acumulado un gran número de seguidores desde su lanzamiento a principios de milenio y, desde el año pasado, está disponible para PS4 y PS5 a través de PlayStation Store. Pero cuando The Legend of Dragoon llegó por primera vez (1999 en Japón, mediados de 2000 en EE.UU. y principios de 2001 en Europa), lo hizo a la sombra de la serie Final Fantasy. Esta última dio sus primeros pasos significativos en el mercado occidental con Final Fantasy 7 en 1997, Final Fantasy 8 al año siguiente y Final Fantasy 9 un año después. Para muchos, entre los que me incluyo, estos juegos marcaron el punto de entrada a los JRPG completamente en 3D en la consola de debut de PlayStation, por lo que cada vez que una nueva cara se aupaba a lo más alto, causar sensación era más fácil decirlo que hacerlo.
Sin embargo, The Legend of Dragoon intentó hacerlo en sus primeros 30 segundos. Sobre una caprichosa melodía de piano sostenida por cuerdas y un redoblante, una introducción CGI mostraba una ciudad ardiendo hasta los cimientos. Una lluvia de fuego arrasa edificios, el cristal de una torre del reloj se rompe de dentro a fuera y columnas de humo espeso braman ante la luna llena. Una caballería acorazada irrumpió en la polvorienta calle de la ciudad antes de desmontar, colocar una canica incandescente sobre la frente de una mujer dormida, drenar sus recuerdos (creo) y, a continuación, arrojarla a la cárcel. Todo tenía un aspecto realmente hermoso, a la altura de los mejores efectos visuales que había visto hasta entonces. Y me enganchó por completo.
A finales del año pasado, escribí sobre el redescubrimiento de un juego de rol para consola de 33 años de antigüedad que me pasé un año alquilando en Blockbuster Video después de que prometiera (con optimismo) 300 horas de juego. En efecto, Sword of Vermillion -el juego de rol de Sega Mega Drive/Genesis de 1992- me había eludido durante años simplemente porque no recordaba su nombre. Había invertido docenas de horas en un juego que estaba años por delante de sus competidores y, sin embargo, fue el paso del tiempo lo que permitió que se escapara de mi memoria durante más de tres décadas.
Hoy vuelvo con una revelación personal similar, pero en lugar de redescubrir un juego cuyo título había olvidado por completo, estoy aquí para ensalzar las virtudes de un juego que una vez me encantó pero que simplemente había olvidado que existía: The Legend of Dragoon.
Legendario
(Crédito de la imagen: Japan Studio)El horror
(Crédito de la imagen: Capcom)
21 años después, el mejor spin-off de Resident Evil sigue siendo el más infravalorado.
Quienes conozcan el clásico de rol de Japan Studios se preguntarán cómo es posible que lo haya olvidado. The Legend of Dragoon ha acumulado un gran número de seguidores desde su lanzamiento a principios de milenio y, desde el año pasado, está disponible para PS4 y PS5 a través de PlayStation Store. Pero cuando The Legend of Dragoon llegó por primera vez (1999 en Japón, mediados de 2000 en EE.UU. y principios de 2001 en Europa), lo hizo a la sombra de la serie Final Fantasy. Esta última dio sus primeros pasos significativos en el mercado occidental con Final Fantasy 7 en 1997, Final Fantasy 8 al año siguiente y Final Fantasy 9 un año después. Para muchos, entre los que me incluyo, estos juegos marcaron el punto de entrada a los JRPG completamente en 3D en la consola de debut de PlayStation, por lo que cada vez que una nueva cara se aupaba a lo más alto, causar sensación era más fácil decirlo que hacerlo.
Sin embargo, The Legend of Dragoon intentó hacerlo en sus primeros 30 segundos. Sobre una caprichosa melodía de piano sostenida por cuerdas y un redoblante, una introducción CGI mostraba una ciudad ardiendo hasta los cimientos. Una lluvia de fuego arrasa edificios, el cristal de una torre del reloj se rompe de dentro a fuera y columnas de humo espeso braman ante la luna llena. Una caballería acorazada irrumpió en la polvorienta calle de la ciudad antes de desmontar, colocar una canica incandescente sobre la frente de una mujer dormida, drenar sus recuerdos (creo) y, a continuación, arrojarla a la cárcel. Todo tenía un aspecto realmente hermoso, a la altura de los mejores efectos visuales que había visto hasta entonces. Y me enganchó por completo.
(Crédito de la imagen: Japan Studio)