Palworld es, dependiendo de a quién se pregunte, un extravagante juego de atrapar monstruos en la mejor de las tradiciones, una vil burla de algo inocente o, si quieren ser la persona menos interesante de la sala, afirmar que, ugh, es sólo un videojuego, no le den más vueltas. Aun así, aunque a la gente le guste o no algo, es curioso ver opiniones tan contradictorias sobre el tono real de un juego y lo que deberíamos ver cuando lo miramos. Puede que Resident Evil le parezca aterrador y puede que no, pero la gente no suele discutir sobre su estatus real como juego de terror.
Palworld parece más divisivo que eso. Mire a su alrededor y verá a algunas personas que lo enmarcan como un simulacro de crueldad animal sin paliativos, mientras que otras se quedan perplejas ante lo que parecen ser los más suaves encuentros de combate, no más brutales que los de cualquier otro juego. Después de todo, ¿no ha sido siempre el propio Pokemon poco más que una interpretación para niños de las peleas de gallos organizadas? ¿Es Palworld realmente mucho peor que eso?
Todo sonrisas, nada de risas
(Crédito de la imagen: Pocketpair, Inc.)
Bueno… sí y no. La confusión de Palworld proviene en parte del hecho de que la presentación del juego está por todas partes, de modo que los que piensan que están jugando a un juego sano sobre mimos a mascotas de dibujos animados tienen tanta razón como los que ven un juego en el que puede degollar a un sirviente para motivar aún más al resto de la plantilla. Es un juego en el que se pueden hacer cosas increíblemente tiernas y cosas increíblemente malvadas, y ambos elementos coexisten sin reconocerse mutuamente. La opción de descuartizar a un Pal y arrancarle la carne ensangrentada de los huesos está en el mismo menú que la opción de darle un achuchón y llamarlo tu mejor amigo.
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Pero va más allá: Palworld no parece darse cuenta de lo extraño que es este contraste y no tiene ningún sentido del humor al respecto. En mi reseña de Palworld lo califiqué de juego inconscientemente cruel, y sigo pensando lo mismo ahora. No hay escasez de comedia negra centrada en la crueldad infligida a cosas tiernas o inocentes, ya sea en videojuegos o fuera de ellos. Cult of the Lamb, The Binding of Isaac, High on Life, Happy Tree Friends, Itchy and Scratchy, ciertos episodios de South Park… Ese es todo el chiste; la risa culpable de ver cómo algo monstruoso le ocurre a algo adorable, como cuando Jack Black tira al perro del puente de una patada en Anchorman. No es para todo el mundo, pero Dios sabe que a mí me parece divertidísimo.
Pero Palworld no parece ver la broma inherente. El tono de la historia y la estética están divertidamente desajustados (los sonrientes peluches con rifles de asalto realistas podrían estar en cualquier camiseta del paseo marítimo), y pasarse con las armas a los dibujos animados del sábado por la mañana no es más que comedia negra. Pero cuando Palworld trata esa imagen absurda como algo razonable, es difícil entender lo que se supone que uno debe sentir o pensar, de ahí que todo el mundo vea diferentes niveles de oscuridad. Un tiroteo incruento no es peor que en Splatoon o Fortnite, ¿no? Y hacer trabajar a tus Pals capturados hasta que su cordura y sus cuerpos disminuyan… vale, eso es un poco más oscuro. Y descuartizar a un ser humano con el hacha de un leñador, secuestrarlo y venderlo en el mercado negro… En realidad, en ese sentido, abordemos el gran elefante del elemento Grass en la habitación.
Elegir la violencia
(Crédito de la imagen: Pocketpair, Inc.)
A pesar de su clara inspiración, Palworld es un juego que da a los jugadores mucha más libertad que la mayoría de los juegos de Pokemon, y en general se acerca más a ser un simulador. Y la amplia gama de opciones presentadas de forma neutral, con todo tipo de opciones, desde las cariñosas hasta las letales, sirve para quitarle hierro a cualquiera de ellas por separado. No, no TIENE que secuestrar humanos, hacer trabajar a sus animales hasta la muerte, disparar a un chimpancé en la cara o lanzar una granada bajo un pato dormido. Es decir, puede hacerlo, y probablemente lo hará, pero son sólo algunas de las muchas opciones que se le ofrecen. También puede alimentar a los Pals con pasteles, darles abrazos o dedicar su tiempo a construir a todos y cada uno de los miembros de su grupo un opulento palacio. Para mucha gente, esto probablemente ayude a replantear la cuestión de «Palworld es cruel» a «los jugadores de Palworld pueden ser crueles», una diferencia perceptiva importante.
No, no TIENES que secuestrar humanos, hacer trabajar a tus animales hasta la muerte, disparar a un chimpancé en la cara o lanzar una granada bajo un pato dormido. Es decir, puedes, y probablemente lo harás, pero son sólo algunas de las muchas opciones que se te dan.
Pokemon se ha liado la manta a la cabeza desde su creación para explicar por qué su modo de juego consistente en capturar animales y lanzarlos unos contra otros no es otra cosa que sano. No te preocupes, ¡nunca les haces daño de verdad! ¡Son sus mejores amigos! ¡Todos eligen estar ahí! ¡Es sólo una alegre competición!
Palworld, por el contrario, no ve nada de lo que excusarse: éste es un mundo salvaje, más amoral que inmoral, y cómo te comprometas con él es tu elección. Para algunos, esa excusa puede ser suficiente. Para otros, que la ley de la selva se aplique no a animales realistas, sino a los habitantes de un Toys R’ Us, puede hacer que sea más difícil de aceptar en su valor nominal. No puedo decir que no entienda por qué.
Para conocer más opiniones sobre Palworld, lea por qué Sam cree que Palworld sería un juego mejor sin armas, o para aquellos decididos a conseguir el mejor equipo del juego, ¡encuentre aquí todos los esquemas legendarios de Palworld!