Killing Floor 3 se encuentra en una fase temprana de desarrollo. Tanto es así que, cuando me senté con el equipo de desarrollo de Tripwire Interactive a puerta cerrada, sólo había unos segundos de juego pre-alfa para compartir. Brillantes entornos de Unreal Engine 5 inundados de vísceras y sangre, fuegos parpadeantes ardiendo entre las sombras de una instalación bajo asedio. Y ahí estaban los cadáveres, hordas de monstruosidades mutadas que se precipitaban contra una marea de atronadores disparos. Ah, y la sangre, cómo olvidar los cubos de sangre roja carmesí. Aún es pronto, pero los elementos están en su sitio para una secuela infernal.
Killing Floor siempre ha ocupado ese pequeño y extraño espacio en el panteón de los mejores juegos en línea. Killing Floor 2 se lanzó allá por 2016 y desde entonces ha contado con un apoyo discreto y ha cosechado éxitos. Un poco repetitivo, seguro, pero entonces hay pocas formas mejores de quemar horas con los amigos. ¿Quién de nosotros no se deleita con la oportunidad de atravesar oleada tras oleada de sacos de carne putrefacta? Porque se puede decir lo que se quiera de la serie Killing Floor, pero siempre ha proporcionado un desembolso más sencillo y visceral que juegos como Borderlands, Back 4 Blood o Payday. Y eso es de agradecer.
(Crédito de la imagen: Tripwire Interactive)
¿Dónde centra entonces Tripwire su atención para Killing Floor 3? Es curioso, los juegos de Killing Floor han sido criticados en algunos círculos por ser simplemente una cinta transportadora de encuentros con enemigos, y eso es literalmente cierto aquí. Corre el año 2091 y la megacorp Horzine está creando un ejército de monstruos de bioingeniería, y depende de usted (y de otros cinco amigos) asegurar el futuro de la humanidad mientras las hordas de creaciones infernales salen de una cadena de producción y entran en sus entrecruzadas líneas de fuego. Aunque esta vez tendréis que esforzaros un poco más para reducir la población Zed en vuestras sesiones cooperativas.
Killing Floor 3 se posiciona como una secuela más atractiva y con mejor sonido, naturalmente, pero Tripwire parece estar volcando gran parte de sus energías creativas en hacer que la carnicería sea más variada y bombástica. «Killing Floor 2 se construyó con Unreal Engine 3 y Killing Floor 3 es UE5, así que sí, hay un salto significativo en términos de mejoras visuales», dice Bryan Wynia, director creativo del estudio en Tripwire. «Pero también queremos introducir mejoras en la jugabilidad, y eso es en lo que hemos estado pensando ante todo».
Bonded by Blood
(Crédito de la imagen: Tripwire Interactive)
Lo que casi echo en falta entre la masa de cuerpos que se abalanzan sobre la pantalla es un mayor énfasis en la verticalidad. Lo digo tanto en el sentido de que los entornos son más densos, lo que requiere un mayor grado de movimiento para sobrevivir, como en el de que los enemigos pueden recorrer el mundo con mayor fluidez: el Husk tiene un rango de movimiento más dinámico, mientras que el Crawler puede por fin arrastrarse por distintas superficies. Puede que parezcan pequeñas mejoras, pero en una experiencia construida intrínsecamente en torno a la repetición, son estas diferencias las que pueden superponerse para marcar la mayor de las diferencias.
Cada una de las variantes enemigas que regresan llega con sus propias florituras. En el caso de Tripwire se trata menos de reescribir el libro de jugadas y más de introducir más dinámica al trillado ciclo. Sobreviva a una oleada de ataques, recaude dinero, desbloquee habilidades, mejore su arsenal y vuelva a sumergirse para otra vuelta en el tiovivo empapado de sangre e infestado de Zed. También se están tomando medidas para que los encuentros sean más dinámicos, ya que los enemigos más grandes sólo se desmoronan cuando sus baterías o pilas de combustible quedan al descubierto, y los jugadores colaboran para concentrar el fuego en los puntos débiles y causar el máximo daño.
(Crédito de la imagen: Tripwire Interactive)Gamescom 2023
(Crédito de la imagen: Gamescom)
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Básicamente, Killing Floor 3 parece más de lo mismo, de la mano de un equipo que está trabajando para amplificar los elementos más fuertes del modelo central de shooter por oleadas que la serie ha desplegado durante casi 15 años. Y si no le importa ninguna de las mejoras y variaciones que se avecinan, entonces puede limitarse a tratar Killing Floor 3 como una oportunidad para meterse de lleno en el gore: Tripwire también está de acuerdo con eso. «Vemos los entornos como un lienzo que se puede pintar con sangre y vísceras. Pero el verdadero elemento fundamental con el gore es que lo tratamos como una celebración», dice Wynia.
«Lo tratamos como una recompensa para los jugadores que se ocupan de los retos y los enemigos que les abruman. Y la otra cosa con el gore es que la gente juega a los juegos de Killing Floor durante miles de horas; han matado a estos enemigos miles de veces y han jugado a estos mapas miles de veces. Hay que encontrar un equilibrio entre hacerlo gratificante cada vez y también asegurarse de que la gente no se desanime por ello.» Así que quizá ése sea el mayor reto para Tripwire. Se lo planteé a Wynia de esta manera, y tuvo la amabilidad de seguirme la corriente: es como la diferencia entre los directores John Carpenter y Ruggero Deodato, porque mientras que yo puedo encontrar consuelo en el horror corporal de La Cosa con bastante regularidad, puede que sólo quiera sacar Holocausto Caníbal para ocasiones especiales. «¿Ves?», ríe Wynia, «¡lo pillas, tío!».
Killing Floor 3 se lanzará en PC, PS5 y Xbox Series X, pero sigue sin fecha de lanzamiento. Mientras espera, ¿por qué no echa un vistazo a algunos de los mejores juegos FPS?